Cinco minutos de gloria, el poder en su máxima extensión

¿Recuerda aquel día en que usted se sintió frustrado, desesperado y hasta se enojó porque por más de que trató de hablar con el gerente de la tienda, el maestro de sus hijos, el empleado del gobierno, el director de un programa o su jefe, no lo quisieron entender? Qué difícil es hablar cuando la persona que está frente a nosotros y tiene «poder», no entiende razones, ni escucha peticiones; solamente sigue procedimientos en forma impersonal y ajena a la realidad específica de la persona que tiene en frente. No analiza y ni siquiera concede una segunda oportunidad, sus palabras favoritas se convierten en: «no», «así son las reglas», «no puedo hacer nada» o «si no le gusta es su problema».

Hay veces que el futuro de otros se ve afectado por una decisión equivocada, o por una regla mal aplicada, el poder debe de ser siempre en función de construir, crear y procurar el bienestar

Prácticamente es como si se hablara con personas que tienen oídos sordos y las palabras fueran necias, casi como si solamente estuvieran esperando el momento para ejercer su poder a costa del otro, demostrar su superioridad, señalar las faltas de los demás y triunfalmente gozar de sus cinco minutos de gloria, imponiendo su razón.

Este verano como cada año Dalia inscribió a su pequeño Danielito en un divertido campamento donde los niños juegan, hacen paseos y la pasan bien en compañía de sus amigos. Los hijos de Dalia habían concurrido allí por varios años. A Dalia le gustaba la estructura flexible del programa. Cuando no había un número suficiente de niños de la misma edad para armar un grupo, los juntaban con niños un poco más grandes o más chicos con el fin de que el grupo tuviese el número necesario. Los maestros continuaban siendo los mismos de un año al otro así que conocían bien a los niños y a sus familias.

Cuando llegó Dalia con Danielito al campamento, el niño estaba muy emocionado, creyendo que estaría en el grupo con sus amiguitos del año pasado. La alegría le duro poco ya que a Danielito le tocó un grupo con niños más pequeños y muchos de ellos no manejaban bien el idioma ya que eran extranjeros. Al ver el rostro de desilusión de su hijo, Dalia pidió inmediatamente que lo cambiaran al niño de grupo. La directora que conocía bien a Daniel se negó rotundamente a hacer el cambio. Le explicó a Dalia que el niño no podía estar en el grupo que ella solicitaba ya que no correspondía con su año escolar. Dalia le señaló que su hijo ya había estado en ese grupo el año anterior y se había adaptado muy bien socialmente. Por otro lado, Danielito era un niño muy maduro para su edad y físicamente parecía más grande. Además, éste no era un programa académico sino recreativo. La directora no quiso entrar en razones. Ella ya había decidido y no estaba dispuesta a echarse para atrás. Sentía que la insistencia de esta madre estaba desafiando su autoridad y cambiar de parecer era rendirse y capitular. La directora afirmó su poder; por los siguientes cinco minutos tuvo el placer y el poder de decir «NO» sin tomar en cuenta que podría haber hecho feliz a una madre, logrando un cliente feliz y leal, y podrían haber logrado que el niño se sintiera agradecido y contento. Sin embargo, esta misma directora no tuvo inconvenientes de doblar las reglas cuando el hijo de su mejor amiga quiso pasarse a otro grupo por la maestra que le tocó.

En el caso de Dalia la directora se justificó a si misma apegándose a un reglamento que había sido escrito con la intención de servir como guía .pero que ella utilizaba según su conveniencia y favoritismos, sin importarle a quien estaba afectando. Su actitud insensible se reflejaba en sus palabras «no, así dicen las reglas». No hay con quien hablar…

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Utilizando el poder para ayudar

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INGREDIENTES

  • Autoridad
  • Responsabilidad
  • Sensibilidad
  • Flexibilidad
  • Ojo noble
  • Sensatez

RECOMENDACIÓN DEL CHEF

Son las personas las que dan el valor y el sentido a su trabajo, no las reglas. Sin personas no hay programas ni beneficio.

MODO DE PREPARACIÓN

  1. El poder implica responsabilidad; esta se refleja cuando las acciones son encaminadas a conseguir el bienestar y mejoramiento de las condiciones de las personas.
  2. Es importante encontrar el balance entre la autoridad y el poder ponerse en el lugar del otro. El abuso del poder, es la receta perfecta para lograr la maldad.
  3. Cuando el chef logra cocinar el poder debidamente sus platillos obtienen un suculento sabor lleno de ingredientes nutritivos que atraen a las personas y las mantienen contentas.

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Prestigiosa columnista internacional en más de 10 periódicos y revistas que se publican y distribuyen desde Nueva York hasta Argentina Con su famosa columna Recetas para la Vida©. Ganadora por tres años consecutivos del premio de excelencia en periodismo del San Diego Journal Club.