La hermana Guadalupe Rodrigo, del Instituto del Verbo Encarnado, llegó a Siria en 2011,el mismo año en el que estalló el conflicto. Sus superiores le dieron la opción de volver a Argentina, su país natal, pero decidió quedarse.


La hermana Guadalupe Rodrigo ha impartido varias conferencias en España y Sudamérica sobre la situación de la guerra de Siria

Por motivos personales acaba de regresar temporalmente a Sudamérica, pero aprovecha sus viajes para difundir el desgarrador testimonio de los cristianos perseguidos por su fe y para poner luz en los puntos oscuros de un conflicto con demasiados intereses encontrados en esta entrevista con José Antonio Méndez para la revista Misión:

-Dice que los medios occidentales transmiten sobre Siria lo contrario de lo que está ocurriendo. Entonces, ¿qué está ocurriendo?
-En Siria se está llevando a cabo un plan que involucra a otros países, que buscan debilitarla, dividirla y arrasarla para que no sea una amenaza a sus intereses económicos y políticos. Piense que Siria era un país muy importante dentro de Oriente Medio y no cooperaba con los intereses, por ejemplo, de Arabia Saudí. Para el wahabismo saudí, es intolerable el modo de vida sirio, con un Gobierno laico y una convivencia pacífica entre religiones y culturas. 

»Por eso hoy el país es objetivo de unos intereses religiosos, políticos y económicos que buscan acabar en Oriente con la convivencia entre religiones, y, específicamente, con la presencia cristiana.


Centro comercial en Alepo, Siria, antes  y después de la guerra

-¿Quién ha urdido ese plan y quién lo está ejecutando?
-En primer plano está el Estado Islámico, pero también están los grupos fundamentalistas. Son grupos extranjeros que invadieron el país en 2011. En Siria no estalló una guerra civil, no era el pueblo, ni siquiera eran en su mayoría sirios los que se levantaron contra el Gobierno. Son grupos fundamentalistas que tienen sus propios objetivos. Si el Ejército no se rebeló, ¿quién da armamento a estos grupos? Los respaldan potencias internacionales y potentísimos grupos económicos. 

»Los medios occidentales los llaman  “rebeldes moderados”  porque suena muy bien, cuando en realidad son grupos terroristas financiados desde el exterior.

-Habla de grandes corporaciones tras el conflicto. ¿Cuáles son?
-Las más evidentes son las industrias del armamento y la del petróleo. Pero, además –y esto es importante–, hay que tener en cuenta que Siria no estaba dispuesta a aliarse con Qatar y Arabia Saudí, que tenían muchos intereses en Siria y querían influir en su forma de Gobierno para difundir un Islam más radical.

»Y mire, las mayores empresas de construcción de Medio Oriente las tiene Arabia Saudí, y para que haya mercado, hay que destruir para volver a construir. Así que dijeron: entramos, destruimos y luego reconstruimos. Por eso, el Gobierno sirio ya ha dicho que al terminar la guerra, solo sus aliados tendrán parte en la reconstrucción.

-¿Y qué papel está jugando el presidente Bashar al Assad en todo esto?
-Para justificar esta  “revolución”  había que pintar a Al Assad como el peor sanguinario de la Historia y exigirle que saliese del poder. Pero hoy Al Assad es el mal menor. No justifico lo que hace, pero cada ciudad que es liberada por el Ejército deja imágenes de civiles saliendo a las calles para darles las gracias.

»Al Assad controla el 70 por ciento del territorio porque tiene el apoyo de la población. Su Gobierno fue legítimamente elegido y reconocido por la comunidad internacional. La población en general, y la comunidad cristiana en particular, apoya a Al Asad porque considera que es lo mejor que pueden tener ahora. Quitándolo, vendría el caos, como ha ocurrido en Irak, o en Libia, y se rompería el equilibrio que ha costado tantos años alcanzar.

»Entonces Siria se encontraría en manos del fundamentalismo desbocado, que es justo lo que pretenden esos grupos.


Bashar al Assad es presidente de  Siria desde el año 2000

-Pero aparentemente ha hecho barbaridades. En la semana en que el Consejo de Seguridad de la ONU debía respaldarlo (o no), los rebeldes dijeron que gaseó a población civil, pero él lo negó.
-La propaganda ha sido tan fuerte que es difícil saber qué pasó. Pero hay un hecho: en las últimas elecciones, mucha gente arriesgó su vida para votar, y lo eligió a él. Después, los rebeldes dijeron que fue un fraude. Hoy los sirios lo apoyan porque saben que la solución que se quiere imponer no tiene nada que ver con la democracia. 

»Quienes ayudaron a milicias terroristas a entrar en Siria desde el exterior no tienen intención de garantizar la libertad y la democracia.

-¿Y cuál es el papel de Rusia?
-Rusia está interviniendo por sus propios intereses políticos y económicos, pero con una diferencia: ha habido una fuerte influencia del Patriarcado Ortodoxo de Moscú sobre Putin para que detenga la matanza de cristianos y el intento de expulsarlos de Oriente. Es tan potente que en poco tiempo ha conquistado grandes objetivos.

-Falta un actor: la Unión Europea…
Su papel es totalmente negativo, ni siquiera pasivo. Lo primero que hizo al estallar la rebelión fue asfixiar económicamente a Siria: cortó las exportaciones de petróleo, el comercio internacional, el tránsito… Eso es condenar a muerte a un país ¡antes de empezar la guerra! Los obispos han pedido a la UE que levante esa sanción, que no perjudica al Gobierno sino al pueblo. Además, la UE vende armas a los rebeldes y les compra petróleo de las zonas que controlan.

-En teoría, se arma a los rebeldes para acabar con el Estado Islámico.
-Es ridículo. ¿Por qué no apoyan al ejército de un Gobierno legítimo? Al Daesh (Estado Islámico) lo está derrotando el ejército y Rusia, no las guerrillas a las que la UE arma.

-Y en medio están los cristianos…
-Son la minoría más perseguida y el blanco de los ataques. Entre los distintos grupos (rebeldes, kurdos, Daesh…) hay diferencias, pero el objetivo de todos es acabar con la presencia cristiana en Oriente, y con toda presencia religiosa no fundamentalista (por eso atacan a otros musulmanes). Los fundamentalistas musulmanes que interpretan el Corán al pie de la letra quieren acabar con los cristianos.

-¿Cada vez hay más musulmanes que interpretan así el Corán?
-Radicales ha habido siempre en el Islam, por eso es tan importante preservar la presencia cristiana en Medio Oriente, que es la que garantiza el Islam moderado. Donde solo hay musulmanes, se termina por radicalizar. Es lo que ocurría en Siria o Irak antes de que fuesen expulsados. Cuantos menos cristianos haya, más terroristas islámicos habrá.

-Los cristianos en Europa quisieran acoger a los refugiados, pero temen que quienes llegan terminen por radicalizarse.
-En las noticias aparecen las imágenes de la guerra y luego las llegadas de refugiados. Y eso esconde una mentira, porque de los refugiados que llegan a Europa, una minoría son de Siria, y ya de cristianos, ni hablamos. Llegan de Pakistán, Afganistán…  Y no con el perfil del refugiado anciano o niño, sino jóvenes de 18 a 30 años. 

»No es casual que los países del Golfo, que no saben qué hacer con todo su dinero, están más cerca y son sus hermanos en religión, tengan las fronteras cerradas y exijan a Europa que las abra ante la llegada de musulmanes.

-¿Cuál es la respuesta que debemos dar ante quienes llaman a nuestra puerta, al tiempo que crece el Islam en Europa?
-Tenemos que ayudar a quienes vienen, y no nos toca decidir quién entra o no, pero es muy llamativo que se favorezca la entrada de musulmanes y no de los más perseguidos, que son los cristianos. Hay que vivir la caridad. Pero la caridad sin discernimiento es buenismo suicida. Tenemos que ver cómo ayudar sin renunciar a nuestra identidad. Si ayudo a entrar en mi país a personas en perjuicio de mis hijos, que se verán amenazados en su fe, no estoy ayudando.

-¿Cómo se mantiene la fe cuando pueden cortarte la cabeza?
Es más fácil mantener la fe así que en el Occidente anestesiado en que vivimos. En Europa los cristianos viven una identidad diluida que es mucho más peligrosa y dañina que la espada de los radicales de Oriente Medio. La persecución ha fortalecido en su fe a los cristianos, y hoy las iglesias están más llenas que antes.

»Son confesores de la fe hasta el martirio por una gracia de Dios especial, por la oración de todos los cristianos, y porque han tenido que optar decididamente por Cristo. La oración es la clave. Es lo que da fuerza a los cristianos… en Siria o en Europa.

»Por eso, lo primero que podemos hacer por ellos, y por nosotros, es rezar. Y lo segundo, difundir su situación para cambiar la opinión pública. Si cambia, la presión sobre los responsables de esta situación puede ser determinante.

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