Que significa SI SE HUMILLARE MI PUEBLO…  de acuerdo a 2da de Crónicas 7

La palabra Humildad proviene del latín humilitas, que significa “pegado a la tierra”. Es la virtud moral , que posee el ser humano de reconocer sus debilidades, cualidades y capacidades, sin sentirse superior a los demás . De este modo mantiene los pies en la tierra.

Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra humillar significa: Postrar, bajar, inclinar una parte del cuerpo, como la cabeza o la rodilla, en señal de sumisión y acatamiento. Es una virtud contraria a la soberbia y que abate el orgullo y  la altivez de uno.

La persona humilde, reconoce su dependencia de Dios; no busca el dominio sobre sus semejantes, sino que aprende a darles valor por encima de sí mismo. El apóstol Pablo dijo una vez que no debemos tener más alto concepto de nosotros mismos del que debemos tener.

Hacerse humilde es  aquella actitud que reconoce su  lugar propio bajo la condición de criatura de Dios, opuesta a la presunción, afectación u orgullo. La persona humilde reconoce su dependencia de Dios, no busca el dominio de sus actos o pensamientos sobre sus semejantes, sino que aprende a darles valor por encima de sí mismo.

La humildad permite a la persona ser digna de confianza, flexible y adaptable. En la medida en que uno se vuelve humilde, adquiere grandeza en el corazón de los demás.

En la Biblia, Humillarse significa aceptar o reconocer la condición en la que estoy, de lo que soy y he hecho y lo que Dios es, hace y dice que soy.

En el libro de Isaías  7:15 vemos que Dios habita en la altura y la santidad pero al mismo tiempo  dice que con el quebrantado y humilde de espíritu.

El Señor nunca desprecia a un corazón contrito y humillado tal como lo menciona en el libro de salmos, esta aseveración nos permite tener la certeza que Dios nunca rechazara un corazón afligido, atormentado y arrepentido sino que por el contrario  Él  reanimará esta clase de espíritu.

En  1 Reyes 21:29 vemos como el rey Acab se humilló  delante de Dios  motivo por el cual  Dios mismo prometió  no traer mal  en sus días  y al rey de Judá dijo: “ por cuanto tu corazón se conmovió y te humillaste delante de mí y lloraste delante de mi presencia, yo también te he oído.”  2da crónicas 34:26-27

Que maravillosa experiencia es tener la certeza de que Dios nos ha escuchado, que conoce nuestra situación presente, que se preocupa por nosotros y que tiene cuidado de nosotros.

En el presente siglo hemos aprendido que el orgullo nos ayuda a salir adelante y  a sobresalir en este mundo de competencia sin embargo el Señor nos enseña en su palabra que la altivez y orgullo de corazón son pecado, por este motivo tenemos que arrepentirnos delante de Él, muchos piensan y de que tengo que arrepentirme? Si soy un buen esposo, un buen padre, un buen hijo, no hay nada de que arrepentirme no he robado a nadie, probablemente esto sea cierto pero todos debemos arrepentirnos de haber excluido a Dios de nuestra vida, abandonemos nuestro orgullo y reconozcamos que sin El nada podemos hacer.

 

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Nació en Parral, Chihuahua, México. Casada con Luis Ortega Madrid, es madre de tres hijas, Mirka, Aimee y Paola. Administra su propio negocio en la ciudad de San Diego Ca., ciudad donde radica. “Empecé esta maravillosa carrera de amar y servir al señor Jesucristo hace 38 años y ha sido durante este periodo de tiempo que Él ha enriquecido mi vida espiritual, la de mi familia y la de mis amigos, he recibido diversas capacitaciones y entrenamientos en denominaciones pentecostales, asambleas De Dios y en la iglesia local en Anaheim, Ca.”