En los últimos años, los fulani han comenzado a protagonizar actos violentos contra otros grupos tales como los cristianos.

Los fulani, también llamados ‘peul’ en las excolonias francesas, constituyen una de las comunidades nómadas más grandes de las aún existentes en el mundo hodierno. Tradicionalmente dedicados al pastoreo y al comercio, habitan en la zona del Sahel, especialmente en Mali, Guinea, Camerún, Níger, Burkina Faso y Nigeria.

Su condición de nómada le ha valido a este pueblo mayoritariamente musulmán una sempiterna discriminación que, hasta hace unos años, habían aceptado con estoica resignación. No en vano, la discreción siempre había sido una nota característica de su comportamiento, con la salvedad de aquellas ocasiones en que quedaba empañada por enfrentamientos entre campesinos y pastores a cuenta de los campos de cultivo.

Sin embargo, esto ha cambiado en los últimos años, cuando los fulani han comenzado a protagonizar actos violentos contra otros grupos tales como los cristianos.

El Frente de Liberación de Macina y otros grupos

En mayo de 2015, con un vídeo propagandístico en el que se amenazaba a Francia, se presentó en sociedad el Frente de Liberación de Macina, un grupo terrorista mayoritariamente fulani que ha venido reivindicando diversos atentados. Entre ellos, cabe señalar el asalto al hotel Radisson Blue de Bamako que, perpetrado el 18 de noviembre de 2015, provocó la muerte de 27 personas.

Este grupo yihadista está acaudillado por Amadou Kouffa, que tiene como jefe militar a Mahmoud Barry. Ambos son de origen fulani – como la mayor parte de miembros de la organización – y sus nexos con Al Qaeda en el Magreb Islámico son algo más que probables.

A esta agrupación, que opera fundamentalmente en Malí, deben sumarse otros dos: 3R y Ansaroul Islam. El primero de ellos se dedica, comandado por Sidiki Abass y con un supuesto propósito de autodefensa, a hostigar a cristianos en el área de la República Centroaficana. De acuerdo con Human Rights Watch, en 2016 este grupo habría perpetrado ingentes violaciones y asesinatos en la zona.

Por su parte, Ansaroul Islam perpetra sus crímenes en Burkina Faso, fundamentalmente. Allí fue precisamente donde, bajo las órdenes de Malam Ibrahim Dicko, cometieron un atentado contra una guarnición antiterrorista del ejército; atentado que se saldó con la muerte de doce soldados.

Los cristianos, perseguidos

Sin embargo, no son los grupos organizados el único medio por el que los fulani asolan la zona del Sahel. No en vano, también, de modo más anárquico, algunos ganaderos arrasan los poblados, asesinan, violan, se quedan con las tierras e imponen la ley islámica con total impunidad.

Así lo ha denunciado el obispo de Kafanchan, Mons. Joseph Bagobiri, quien ha explicado que ‘junto a los motivos sociales o económicos que existen desde antiguo, ahora se aprecia claramente una motivación religiosa’. ‘Se ha convertido en una persecución religiosa’, añade con firmeza.

Preguntado sobre si los modos de que se sirven los fulani son aun peores que los de Boko Haram, el prelado responde afirmativamente: ‘Hoy por hoy, sí. El número de muertes parece aumentar día tras día con nuestros alrededores plagados de fosas comunes’.