Los franciscanos celebran los 800 años transcurridos desde que realizaron su primera peregrinación a Tierra Santa con un ciclo de conferencias en la Ciudad Vieja de Jerusalén, que finaliza hoy en recuerdo a su aportación en Oriente Medio.

«En 1217 la orden presente en Roma se abrió a Ultramar. Más adelante, en 1219, el fundador Francisco de Asís se encontró en Egipto con un sultán (Malek el Kamel)», recordó a Efe el fraile Julio César Burnader sobre el espíritu de concordia que asegura ha marcado la historia de la Custodia.

«Tanto en Siria como en Líbano, Jerusalén e Israel, los franciscanos han estado presentes con una palabra de vida y siendo mensajeros de la palabra de Dios en un contexto de conflicto como este», señaló.

En esta línea, el papa Francisco hizo llegar ayer una carta a los frailes franciscanos en Jerusalén para agradecerles haber mantenido vivo el testimonio cristiano, el estudio de las Escrituras y la acogida de los peregrinos.

«Asiduos a la contemplación y la oración, simples y pobres, obedientes al Obispo de Roma, están comprometidos también en el presente a vivir en Tierra Santa al lado de los hermanos de diversas culturas, etnias y religiones, sembrando paz, fraternidad y respeto», escribió el santo pontífice.

Los franciscanos iniciaron su «dimensión misionera y universal» con su desembarco hace ocho siglos en el puerto de Acre (en lo que es hoy el noroeste de Israel) y la posterior creación de la Custodia de Tierra Santa, que tiene su sede en el convento de San Salvador Jerusalén.

«La misión de la Custodia de Tierra Santa es asegurar que estos lugares, que han visto el paso de Jesús, continúen estando vivos, sean piedras vivas que hablen y que la comunidad de los discípulos de Cristo siga viva y activa en Tierra Santa», declaró el cardenal Leonardo Sandri, prefecto para la Congregación de las Iglesias Orientales.

El ciclo de conferencias ha contado con la participación de autoridades eclesiásticas internacionales y representantes del Gobierno de Israel, de Palestina y de Jordania, y será clausurado esta tarde tras la misa con el vicario general y un concierto del instituto musical de la Custodia, el Magnificat.

«Durante estos tres días se han ofrecido lecturas entre otras cosas del estado de los lugares santos, la espiritualidad y presencia de los franciscanos», explicó Burnader de las celebraciones, que han servido para reflexionar sobre el pasado y el futuro de la orden y continuarán durante los próximos dos años para conmemorar el primer viaje de San Francisco de Asís a Oriente Medio.