Un reporte importante sobre persecución religiosa en el mundo ha expuesto las hostilidades que sufren los cristianos y otras minorías religiosas, revelando que cerca del 80% de la población mundial vive bajo fuerte persecución.

El Grupo All-Party Parliamentary para la Libertad Internacional de Religión y Creencias realizó su más reciente informe, Artículo 18: De la Retórica a la Realidad, detallando el aumento de la hostilidad contra las religiones.

“Actualmente, algunas de las atrocidades más publicitadas se están dando en África, Asia y el Medio Oriente y es necesario tomar medidas urgentes para frenar estas violaciones. Dentro de estas regiones hay minorías religiosas que están siendo condenadas públicamente,” escribió Ahmed Shaheed, de Naciones Unidas.

Miembros individuales de algunas creencias minoritarias están en riesgo de entrar en listas negras, de que se les niegue el acceso a los servicios públicos, de recibir castigos corporales en formas de latigazos y hasta de ser asesinados,” agregó.

Shaheed explicó que a pesar de los esfuerzos globales para proteger la libertad religiosa, “la escala de violaciones continúa siendo enorme, con casi el 80% de la población viviendo en países con “alto” o “muy altos” niveles de restricción y hostilidad contra ciertas creencias.”

Además de estas cifras, el informe precisó una lista con los 10 países donde diferentes minorías religiosas padecen significativa persecución.

La lista, que no tiene un orden en particular, empieza con los Musulmanes Rohingya en Myanmar, quienes están enfrentando una suerte de limpieza étnica a manos de las fuerzas de seguridad. La violencia más reciente, que comenzó en Agosto, ha llevado a la muerte a casi 1,000; mientras que 500,000 tuvieron que dejar sus hogares y huir a la vecina Bangladesh.

La opresión que sufre los cristianos evangélicos en Eritrea está segunda en la lista, remarcando como los creyentes son detenidos indefinidamente a causa de su fe.

“Muchos son torturados, por ejemplo siendo obligados a estar inclinados o en posiciones difíciles por largos períodos de tiempo, o también reciben brutales golpizas. Existen reportes creíbles de prisioneras cristianas que han sido terriblemente golpeadas en sus vientres para que no puedan tener hijos,” según denuncia el informe.

Otros grupos, como Puertas Abiertas Estados Unidos, también reportaron casos de Cristianos en extrema persecución en Eritrea, posicionando al país en el puesto número 10 de su lista anual.

Los practicantes de Falu Gong en China; los Hindúes en Bangladesh; los Baha’is en Irán; los Testigos de Jehová en Rusia; los ateos y los Musulmanes Shia en Arabia Saudí; y los Budistas Hoa Hoa en Vietnam también conforman la lista del Artículo 18.

La novena referencia es para los ataques terroristas a los Cristianos Coptos en Egipto, con saldo de cientos de muertos desde junio de 2016.

“Mas allá de la retórica positiva del gobierno y la atención hacia las masas cristianas, la violencia y los ataques islámicos contra iglesias y propiedades coptas, han ido en aumento los últimos dos años y, por otra parte, no se han otorgado más licencias para la construcción de iglesias,” explica el reporte.

“Desde 2011, cerca de 550 jovencitas coptas han sido secuestradas, convertidas al Islam por la fuerza y se las forzó también a casarse. La policía se niega frecuentemente a investigar este tipo de casos.”

Finalmente, los investigadores advierten que las comunidades judías y musulmanas en el Reino Unido también están siendo víctimas, con un número de acciones anti-semitas en aumento, que ha supera en un tercio a lo registrado en 2016.

Se apuntó que el “anti-semitismo y la islamofobia predomina en la era de las redes sociales,” donde el gobierno de Reino Unido está haciendo un llamado a “revisar inmediatamente la legislación que regula el mundo cibernético para encontrar una solución al acoso y extremismo que se sufre online.”

El reporte insta a los gobiernos a “tomar con seriedad y consideración” la lucha y las acciones en favor de garantizar la libertad religiosa y de creencia y de establecer prioridades para el desarrollo de las mismas.