En una nueva serie de amenazas, el Estado Islámico (EI) prometió matar al papa Francisco y cometer un ‘baño de sangre’ en el Vaticano durante los festejos de Navidad.
A través de imágenes propagandísticas divulgadas en redes sociales, el grupo terrorista juró cobrar venganza contra los ‘adoradores de la cruz’, en referencia a los cristianos, y perpetrar un ataque en la Santa Sede, informa Newsweek.
Juro que ustedes probarán la amargura de las copas de la muerte y harán de sus banquetes unas masacres. Ni siquiera disfrutarán de vivir en sus casas, con el favor de Alá”, dice una de las frases que acompaña a la propaganda.
En una de las imágenes, compartidas a través de la Fundación Wafa Media, una agencia de comunicación afín al EI, aparece un yihadista blandiendo un cuchillo sobre el cadáver decapitado del papa Francisco.
La amenaza contra el jerarca de la Iglesia católica ocurre apenas días después de que el EI advirtiera sobre un atentado en la Santa Sede durante las celebraciones navideñas.
No es sorprendente ver amenazas como estas contra el papa Francisco y la cristiandad, especialmente durante las fiestas. El Estado Islámico y sus partidarios saben cómo jugar el juego de los medios, y la mayoría de las veces este tipo de amenazas buscan atraer la mayor atención posible”, consideró Rita Katz, directora del grupo de inteligencia SITE, a la revista estadunidense Newsweek.
En otro poster propagandístico se aprecia una silueta de Santa Claus junto a un cuchillo, simulando una postal navideña, pero con un mensaje funesto:
Solo terror para todos y un año nuevo plagado de terror”
Los mensajes del Estado Islámcio y sus grupos afines suelen estar dirigidos a los llamados ‘lobos solitarios’, personas que inspiran sus actos en el extremismo sin estar necesariamente involucrados o ser miembros de una red terrorista.
Los grupos terroristas, dada la incertidumbre sobre sus capacidades y el deseo de infundir miedo, ya tienen un incentivo para tergiversar su fuerza como mayor de lo que realmente es. A medida que pierden territorio y, por lo tanto, recursos, este incentivo se ve exacerbado”, consideró Harrison Akins, investigador del Howard Baker Center.