México, junto con Turquía, Francia y los países comunistas, es de los pocos países del mundo de régimen laicista, que hacen del laicismo militante una ideología oficial del Estado. (Casi todos los otros países de Occidente son simplemente aconfesionales o tienen una confesión estatal junto con libertad de culto y de religión).

Un país movilizado con los valores
Estamos en temporada de elecciones en México y este año se dan distintos condicionantes. Las asociaciones profamilia, muchas veces muy cercanas a la Iglesia, se han activado con fuerza en las calles contra la redefinición del matrimonio y contra el aborto. En junio de 2016, el PRI del presidente Peña Nieto sufría una histórica derrota en 7 de 12 estados, que muchos atribuyeron a sus políticas anti-familia.

Hace poco, en el encuentro Juntos Por México  (www.juntospormexico.mx), el Nuncio Coppola se quejaba de que hay pocos políticos católicos en el país.

El precedente de Costa Rica
Además, el caso de Costa Rica y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que llevó a la victoria electoral de un pastor evangélico, Fabricio Alvarado, por su defensa de la familia y el matrimonio, hace temer a las autoridades laicistas que también en México los clérigos intervengan en el debate político. Las autoridades mexicanas han amenazado con multas y castigos si algún clérigo muestra preferencias por alguna fuerza política.

Para prevenir estas multas, los obispos han difundido un documento con instrucciones entre el personal religioso y clerical. 

Para evitar multas y sanciones
Los lineamentos publicados hoy son una serie de recomendaciones sobre lo que los ministros pueden o no hacer en período electoral, con el fin de evitar sanciones administrativas o penales

La Secretaría General de la Conferencia del Episcopado Mexicano hizo público este jueves 1º de marzo los «Lineamientos  para la prevención de sanciones administrativas, y/o penales para ministros de culto en materia electoral» (aquí completo en PDF).

Se trata de una serie de recomendaciones sobre lo que los ministros pueden o no hacer en período electoral, con el fin de evitar sanciones: en estas épocas los mismos políticos en campaña vigilan a los clérigos y los denuncian a la autoridad.

“En materia electoral, el equilibrio entre la acción pastoral para orientar a los fieles y el respeto a los alcances de la Ley requiere de un ejercicio de prudencia no sencillo”, observan, y realizan una serie de recomendaciones prácticas para coadyuvar a dicho ejercicio.

Así, por ejemplo, se puede criticar que el aborto sea legal o se quiera legalizar, se puede afirmar que el aborto es un crimen abominable (como dice el Concilio Vaticano II) y recordar que quien apoya el aborto no puede comulgar, pero no se puede criticar a ningún político en campaña, por muy abortista que se muestre.

Esta es la lista concreta de lo que se puede y lo que no se puede hacer en México siendo ministro de culto.

Un ministro de culto puede: 

1. Hablar y publicar sobre la importancia de la participación ciudadana en las elecciones como un deber ciudadano y cristiano, aun cuando sea en un lugar o acto de culto.

2. Hablar y publicar sobre el ejercicio del voto libre, secreto, informado y responsable, aun cuando sea en un lugar o acto de culto.

3. Promover los derechos humanos a la libertad religiosa y libertad de consciencia, aun cuando sea un lugar o acto de culto.

4. Exponer la doctrina cristiana en términos generales sobre temas variados como la vida, la familia, el matrimonio, los derechos humanos, ética pública, entre otros, aun cuando sea en un lugar o acto de culto.

5. Atender espiritualmente en un foro personal y privado a algún candidato a un puesto de elección popular.

Límites a la actuación de ministros de culto:

1. No debe promover, recomendar, sugerir o apoyar públicamente a ningún candidato o partido político, directa o indirectamente en actos de culto, sean dentro o fuera de los templos, tanto en la predicación como en los avisos a los fieles.

2. No criticar o atacar en actos de culto a ningún candidato o partido político que esté contendiendo por algún cargo de elección popular.

3. No distribuir ni permitir la distribución dentro de los templos o sus lugares adyacentes, de ningún tipo de material (audio, video, escritos, trípticos, folletos) que contenga propaganda electoral directa o indirecta a favor o en contra de algún candidato o partido político.

4. No permitir que los fieles laicos utilicen los lugares y los actos de culto público para realizar propaganda electoral directa o indirecta a favor o en contra de ningún candidato o partido político.

5. No colocar ni permitir la colocación de ningún tipo de propaganda electoral directa o indirecta, a favor o en contra de ningún candidato o partido político.

6. En entrevistas, omitir aquellas respuestas a preguntas que se refieran sobre algún proceso electoral cuando impliquen como consecuencia la opinión o propaganda a favor o en contra de algún candidato o partido político.

7. No sostener reuniones en lugares o actos de culto con candidatos o partidos políticos en período electoral ni tener encuentros sociales en lugares públicos con ellos.

8. No permitir la realización de reuniones con fines políticos o partidistas dentro de los templos.

Una línea fina, y muchos políticos y grupos laicistas están esperando que algún clérigo la cruce para caer sobre él con multas y denuncias…