Los refugiados y la Iglesia
Los conflictos en medio oriente han provocado que cientos de miles de personas, incluyendo niños y ancianos, sean desplazados de sus países de origen. Hoy día hay más de 65 millones de refugiados, y 28 millones de niños huérfanos en el mundo. Esto los coloca entre las personas más traumatizadas y vulnerables del mundo. Y la gran pregunta es ¿Qué papel juega la Iglesia?

Cuando miramos las escrituras en Levítico 19:33-34 Dios deja absolutamente claro que debemos cuidar a los refugiados y extranjeros. Es impresionante como ministerios como Samaritan Purse, y otros, están colaborando para ayudar en medio de la crisis que afecta a países como Siria, Irak y otros. Hoy día en la Isla Lesbos, Grecia, miles de refugiados llegan diariamente, y muchos no sobreviven la jornada al cruzar las aguas. Diariamente llegan entre 60 a 70 botes buscando llegar a Europa, y se estima que uno o dos botes no logran llegar a su destino.

El sacrificio
Ellos han dejado familias, pertenencias y conflictos de guerra para buscar una seguridad, paz y una vida mejor. Ellos saben que tendrán que cruzar fronteras y que probablemente muchos serán llevados a la cárcel, rechazados y vivirán la incertidumbre de no saber qué va a pasar con ellos, pasaran hambre y tendrán que caminar entre campos de refugiados transitorios buscando su oportunidad de poder llegar a Europa. Muchos ancianos, mujeres embarazadas y niños, que son los más vulnerables, se les hace mucho más difícil el poder llegar a su destino. Son aproximadamente 7 semanas de viaje buscando atravesar fronteras para llegar a Europa, y no es un camino nada fác

¿Qué puede hacer la Iglesia?
Orar y aportar apoyando a ministerios como Samaritan Purse, Conexión Oriental y JUCUM Argentina, que son algunos de los ministerios que están involucrados activamente ayudando en medio de los refugiados.

Finalmente, “no es tiempo de rebuscar en la Biblia ciertos textos para hacer planteamientos que no abonan en nada en esta crisis, al contrario, suman al sufrimiento y trauma que viven millones de refugiados en el mundo. Seamos un pueblo de paz y misericordia, así como Jesús”.