“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” Josué 1:9
Estas son palabras dichas a Josué, quien fuera sucesor de Moisés, y uno de los doce exploradores enviados a reconocer la tierra de Canaán y quien posteriormente condujo las campañas militares llevadas a cabo por los hebreos en la conquista de la tierra prometida.
Nació en Egipto, de la tribu de Efraín, su nombre original era Oseas y Moisés le puso el nombre de Josué.
Jehová Dios lo eligió como instrumento para realizar su plan de conquista de la tierra prometida dicha tierra estaba gobernada por numerosos pequeños reinos y en repetidas ocasiones diversos reyes cananeos unieron sus ejércitos para detener el progreso de los hebreos, pero cada vez Dios dio a su pueblo una victoria sobre sus enemigos.
Según datos históricos Josué derrotó a 31 reyes, y tomó posesión de la tierra de Canaán en un lapso de entre 6 y 7 años, y para el fin de ese periodo la ocupación básica del territorio se consideraba completa.
El nombre Josué significa Jehová es nuestra salvación, lo cual significa que todo aquel que cree en el hijo tiene al verdadero Josué en su interior, Cristo, quien a su vez llega a ser la tierra prometida donde hayamos verdadero descanso y satisfacción plena.
Cristo es quien nos capacita para tomar posesión de la tierra, para conquistar las batallas del día a día, todos en cierta forma estamos continuamente librando una guerra, algunos necesitamos conquistar nuestro ego, nuestro orgullo, nuestra ambición, nuestro egoísmo, nuestro mal carácter, nuestra lujuria, nuestro amor al dinero, habrá otros que están librando batallas contra enfermedades físicas, incapacidades, enfermedades mentales, ansiedad, depresión, adicciones, stress continuo y sus efectos secundarios.
Ciertamente habrá que derrocar a 31 reyes y más que nos subyugan y oprimen continuamente, nos controlan, nos esclavizan, nos limitan y nos roban la paz y la tranquilidad.
Recordemos que si intentamos derrotar al enemigo con nuestra propia fuerza, habilidad o destreza es muy probable que seamos derrotados y perdamos la batalla sin embargo no debemos olvidar las palabras que el Señor dijo a sus discípulos en Marcos 9:23 “al que cree TODO le es POSIBLE”.
La fórmula para ser un vencedor, es primeramente creer en el Hijo de Dios, Jesucristo, quien fortalecerá nuestro hombre interior, Efesios 3:16
Una vez fortalecidos debemos esforzarnos y ser valientes, (es importante apreciar en ésta sección que esforzarse y ser valiente es un mandato) por tanto no debemos desmayar ni ser víctimas del temor para que se cumpla lo que Dios prometió a Josué, que él mismo, su persona maravillosa estaría con nosotros dondequiera que fuésemos.
Si tenemos la certeza de que Dios irá con nosotros dondequiera que vayamos y nunca nos abandona; qué, pues, diremos a esto? Tal como se menciona en Romanos 8:31
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
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