Para pedirle que los ministros de culto también puedan ocupar cargos como funcionarios de gobierno y ser candidatos a cargos de elección popular, Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), se reunirá la próxima semana con el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En entrevista para ContraRéplica, el pastor evangélico aseguró que, en pasadas administraciones recibió la invitación para integrarse como servidor público, pero agregó que no tiene interés en ocupar un cargo así porque dijo que su misión es otra.
“Yo no tengo interés, en lo personal, porque sé exactamente cuál es mi trabajo, la misión que mi Señor y Dios Jesucristo me encomendó. Pero los ministros de culto debemos tener libertad para participar en la vida política del país como cualquier otro ciudadano porque ¡no somos extraterrestres!, Somos ciudadanos”.
Farela dijo que la Confraternice nunca se sintió representada por el desaparecido Partido Encuentro Social (PES), que está en vías de obtener nuevamente su registro ante el Instituto Nacional Electoral, integrado en su mayoría por evangélicos cristianos.
“El PES nunca nos representó y nosotros nunca lo sentimos así porque Confraternice nunca perteneció a ningún partido en particular. En nuestra Confraternidad hay pluralidad y el PES tampoco fue una fuerza política cien por ciento de cristiano evangélicos, también hay de todas las confesiones religiosas, incluyendo a ateos y agnósticos”, agregó.
Resaltó que, ya es tiempo de que se analicen, se revivan y se discutan las reformas constitucionales que se hicieron el 28 de enero de 1992 a los 21, 27 y 130 constitucionales, para que los ministros de culto ya no sean tratados como “ciudadanos de tercera”.
“Cuando yo hablo de estos beneficios no es para algo personal, sino porque son temas que deben abordarse, pues México ya se quedó atrás en materia de concesiones de radio y televisión para las iglesias, en los derechos políticos para los ministros de culto, se quedó atrás en el tema de la laicidaddel Estado y en los actos de culto público con carácter extraordinarios por lo que se quebrantan principios constitucionales”, indicó.
Farela destacó también que seguirá impulsando los cambios de esos artículos, a pesar de las críticas que ha recibido por parte de la jerarquía de la Iglesia Católica, que, añadió, busca entrometerse en las decisiones del Ejecutivo federal.
“Así como dice el artículo 130 constitucional que el Estado mexicano no intervendrá en la vida de las asociaciones religiosas, lo mismo es que las asociaciones religiosas no intervengan en los actos de Gobierno. Yo en ningún momento me he opuesto a las decisiones del Presiente, por el contrario, yo las apoyo. Y estamos coadyuvando en diferentes programas sociales”, indicó.
Y agregó: “Imagínese que de repente el Presidente o a Secretaría de Gobernación dijeran que no está bien que la Iglesia Católica tenga un líder extranjero y que los gobierna desde El Vaticano. Esa es una cuestión interna y no le compete al Estado mexicano”.
Expresó además que es necesario que “las iglesias no intervengamos en los actos de Gobierno. Respetemos la soberanía de cada ente”.