Son palabras llenas de preocupación y amargura las que ha pronunciado el arzobispo sirio-católico Jacques Behnan Hindo en conversación con Ayuda a la Iglesia Necesitada sobre la invasión turca del norte de Siria. “Como siempre, todos tienen sus propios intereses, pero somos nosotros, los cristianos, los que sufriremos las consecuencias”.
En el noreste de Siria viven actualmente 40.000 cristianos de diversos ritos, que han vivido bajo protección de los kurdos durante los años de expansión del Estado Islámico. Pero Mons. Hindo está convencido de que los kurdos perderán esta guerra debido a la falta de apoyo de Estados Unidos y otras fuerzas occidentales.
Otra preocupación de los obispos sirios es la gran cantidad de combatientes vinculados al Estado Islámico en esa área, que ahora pueden conseguir libertad de movimientos para reconstruir sus bases o para escapar a otros países, y advierten del grave riesgo de que lleguen a Europa.
Mons. Hindo critica duramente la intención del gobierno de Erdogan de sustituir a la población actual de la región invadida por refugiados sirios que están actualmente en Turquía, lo que supone una especie de limpieza étnica que está creando verdaderos dramas humanos. Estas guerras, subraya, no resuelven los problemas, por el contrario, ponen las bases para otros, aún más grandes.
Su opinión sobre la actuación de Estados Unidos y Europa no puede ser más severa: a su juicio han actuado en Siria por sus propios intereses, escondiéndose detrás de los ideales de libertad y democracia. Pero lo único que han hecho es debilitar a Siria y favorecer a las potencias regionales más enemigas de esas libertades, como Arabia Saudita.