¿Es consciente Benedicto XVI de que le están utilizando para atacar a Francisco? ¿Lo acepta voluntariamente, o simplemente ha sido manipulado por sus colaboradores? En breve lo sabremos
«No necesitamos una Iglesia que celebre el culto de la acción en «oraciones» políticas. Es completamente superflua y por eso desaparecerá por sí misma»
«Ciertamente conocerá también nuevas formas ministeriales y ordenará sacerdotes a cristianos probados que sigan ejerciendo su profesión: en muchas comunidades más pequeñas y en grupos sociales homogéneos la pastoral se ejercerá normalmente de este modo. Junto a estas formas seguirá siendo indispensable el sacerdote dedicado por entero al ejercicio del ministerio como hasta ahora».
Quien así habla no es un loco peligroso, ni un progre anti-Iglesia… sino el mismísimo Joseph Ratzinger. En 1970, el entonces profesor de Teología escribía un librito, ‘Fe y futuro‘ (editado en España por Sígueme), fruto de unas charlas radiofónicas, sobre ‘Cómo sería la Iglesia del año 2000’.
¿Y qué decía entonces Ratzinger? Muchas ‘perlas’, hoy impensables en el Papa emérito, y mucho más después de la publicación del libro, a cuatro manos, con el cardenal Sarah. ¿Es consciente Benedicto XVI de que le están utilizando para atacar a Francisco? ¿Lo acepta voluntariamente, o simplemente ha sido manipulado por sus colaboradores? En breve lo sabremos.
‘Fe y futuro’, de Joseph Ratzinger
Por el momento, ésta era la Iglesia con la que soñaba Ratzinger cuando era profesor. ¿Profeta o desmemoriado? Dejamos algunas de las frases de la Iglesia del año 2000, según el hoy papa emérito:
«No necesitamos una Iglesia que celebre el culto de la acción en «oraciones» políticas. Es completamente superflua y por eso desaparecerá por sí misma»
«El futuro no vendrá de quienes sólo dan recetas (…). No vendrá de quienes sólo critican a los demás y se toman a sí mismos como medida infalible»
«También en esta ocasión, de la crisis de hoy surgirá mañana una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio. Ya no podrá llenar muchos de los edificios construidos en una coyuntura más favorable. Perderá adeptos, y con ellos muchos de sus privilegios en la sociedad»
«Ciertamente conocerá también nuevas formas ministeriales y ordenará sacerdotes a cristianos probados que sigan ejerciendo su profesión: en muchas comunidades más pequeñas y en grupos sociales homogéneos la pastoral se ejercerá normalmente de este modo»
«Junto a estas formas seguirá siendo indispensable el sacerdote dedicado por entero al ejercicio del ministerio como hasta ahora»
«Ciertamente ya no será nunca más la fuerza dominante en la sociedad en la medida en que lo era hasta hace poco tiempo. Pero florecerá de nuevo y se hará visible a los seres humanos como la patria que les da vida y esperanza más allá de la muerte».