Están la ciencia y la religión en conflicto por naturaleza? (Papa Francisco: «Yo no creo que sea un sacrilegio llamar Dios a Messi»)
Algunos de los grandes nombres de la ciencia han negado la existencia de Dios, pero a lo largo de la historia otros tantos trataron de encontrar una manera de reconciliar la ciencia y con su fe (La mitad de los jóvenes españoles confiesa no creer en Dios y en España ya sólo el 20% se casa por la Iglesia).
Para algunos de estos hombres y mujeres de ciencia, investigar el origen del universo era acercarse a la propia obra de Dios (EEUU: los americanos que no quieren a Dios en su dinero).
Aquí repasamos las posturas religiosas de algunos de los grandes científicos de la historia (La Fiscalía rechaza suspender el bodrio ‘Dios tiene vagina’ y la Conferencia Episcopal se la traga doblada):
1. Galileo y su conflicto con la Iglesia
En 1614, el astrónomo italiano Galileo Galilei fue acusado de herejía por apoyar la teoría de Copérnico de que el Sol estaba en el centro del Sistema Solar. Esto fue revolucionario en un momento en que se creía que era la Tierra la que estaba en esta posición central.
En 1616, la Iglesia le prohibió enseñar o defender estas teorías.
Este episodio se considera uno de los grandes choques entre ciencia y religión. Sin embargo, Ernan McMullin, profesor de historia y filosofía de la ciencia en la Universidad de Notre Dame, consideró que el asunto fue mal entendido y esto no fue un choque entre ciencia y religión. ¿La razón? Todos los involucrados en el caso eran cristianos.
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Galileo escribió muchos miles de palabras sobre teología e interpretación bíblica mientras buscaba dar sentido a las observaciones telescópicas que estaba haciendo.
De hecho, fue el propio astrónomo quien dijo: «No me siento obligado a creer que el mismo Dios que nos ha dotado con el sentido, razón e intelecto nos haya destinado a renunciar a su uso».
2. La fe en la ciencia y en Dios de Mitchell
Maria Mitchell fue la primera astrónoma de Estados Unidos y la primera mujer elegida para la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias, en 1848. Ejerció como profesora de astronomía y fue una activista de los derechos de la mujer.
La astrónoma tenía una fe plena tanto en dios como en la ciencia. «Las investigaciones científicas avanzan y revelarán nuevas formas en las que Dios trabaja y nos trae revelaciones más profundas de lo desconocido», escribió.
Creía que las revelaciones de la biblia y la comprensión de la naturaleza a través de la ciencia no están en conflicto. «Si parecen estarlo» -dijo-, «es porque no se comprende ni lo uno o lo otro».
3. «Producto de la debilidad humana» para Einstein
El pensamiento del físico Albert Einstein sobre la religión estuvo muy influenciado por la obra del filósofo Baruch Spinoza.
El dios de Spinoza era un dios amorfo e impersonal responsable del orden del universo y la impresionante belleza de la naturaleza. Esta línea de pensamiento resonó profundamente en el científico.
Con su célebre «Carta de Dios», que Einstein envió al filósofo judío alemán Eric Gutkind, el físico fusiona sus pensamientos sobre la religión, su identidad judía y su propia búsqueda del sentido de la vida.
En la carta, Einstein refuta los argumentos que Gutkind expone en el libro «Escoger la vida: la llamada bíblica a la rebelión», en el que presentó a la Biblia como un llamado a la lucha, y al judaísmo e Israel como entes incorruptibles.
La famosa carta de Einstein en la que dice que Dios es producto de la «debilidad humana» se subastó por US$2,9 millones
«La palabra Dios no es para mí más que la expresión y el producto de la debilidad humana».
Einstein califica la religión judía de «encarnación supersticiosa» como lo son todas las religiones y la Biblia «una colección de leyendas venerables pero bastante primitivas».
«Ninguna interpretación, sin importar cuán sutil sea, cambiará mi punto de vista sobre esto».
«Y el pueblo judío al que pertenezco gustosamente y en cuya forma de pensar me siento profundamente anclado, no tiene para mí ningún tipo de dignidad diferente a la del resto pueblos. Según mi experiencia, en realidad no son mejores que otros grupos humanos».
La carta se vendió el año pasado por US$2,9 millones en una subasta que se celebró en Christie’s, Nueva York.
4. El agnosticismo de Marie Curie
Marie Curie fue la primera persona en ganar el premio Nobel en dos disciplinas diferentes.
En 1903 recibió el Premio Nobel de Física junto a su marido y Henri Becquerel. Ocho años más tarde ganó un segundo premio Nobel, esta vez en química.
La menor de cinco hermanos, Curie -Maria Salomea Skłodowska- nació en Polonia en 1867. Su padre era ateo y su madre católica, y ella fue criada en el catolicismo. Sin embargo, abandonó la religión años más tarde, tras la muerte de su madre, lo que la llevó al agnosticismo.
La reconocida científica dijo en una ocasión:
«Nada en la vida debe ser temido, solo debe ser entendido. Ahora es el momento de entender más, para que podamos temer menos».
5. El dios «innecesario» de Hawking
Durante toda su vida, el científico británico Stephen Hawking -quien padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y murió en 2018 a los 76 años- trató de explicar el origen del universo.
Por qué Stephen Hawking no creía que el universo hubiera sido creado por un ser superior
Como escribió en su libro «El gran diseño» en 2010, sus trabajos sobre la teoría del Big Bang y la teoría del todo lo llevaron a una conclusión clara y contundente: «No es necesario invocar a Dios para encender la mecha y darle inicio al Universo».
Pero tras afirmar que el Big Bang fue el comienzo de todo, la siguiente pregunta a la que se enfrentó es: ¿y entonces qué hubo antes?
«Cuando la gente me pregunta si Dios creó el universo, les digo que la pregunta en sí misma no tiene sentido», narró Hawking en un video para el canal de televisión por cable especializado en ciencia Discovery Channel.
«El tiempo no existía antes del Big Bang, así que no había tiempo en el que Dios pudiera crear el universo».