Un grupo de investigadores se ha sorprendido al encontrar, mientras examinaban textiles de colores del valle de Timna—un antiguo distrito de producción de cobre en el sur de Israel—, restos de tela tejida, una borla y fibras de lana teñidas con púrpura real.

La datación directa por radiocarbono confirma que los hallazgos datan de aproximadamente el año 1.000 a.C., correspondientes a las monarquías bíblicas de David y Salomón en Jerusalén. El tinte, que se produce a partir de especies de moluscos que se encuentran en el Mediterráneo, a más de 300 km de Timna, se menciona a menudo en la Biblia y aparece en varios contextos judíos y cristianos.

Esta es la primera vez que se encuentran textiles de la Edad del Hierro teñidos de púrpura en Israel, o de hecho en todo el Levante Sur. La investigación fue realizada por la doctora Naama Sukenik, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, y el profesor Erez Ben-Yosef, del Departamento de Arqueología y Culturas del Antiguo Cercano Oriente; Jacob M. Alkow, de la Universidad de Tel Aviv, en colaboración con la profesora Zohar Amar, el doctor David Iluz y el doctor Alexander Varvak, de la Universidad Bar-Ilan, y el doctor Orit Shamir, de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

«Este es un descubrimiento muy emocionante e importante«, ha manifestado la doctora Naama Sukenik, conservadora de hallazgos orgánicos en la Autoridad de Antigüedades de Israel. «Es la primera pieza de tejido que se ha encontrado de la época de David y Salomón que se tiñe con el prestigioso tinte púrpura», ha indicado.

La investigadora ha recordado que «en la antigüedad la vestimenta púrpura se asociaba con la nobleza, los sacerdotes y, por supuesto, la realeza. El hermoso tono del púrpura, el hecho de que no se desvanece y la dificultad para producir el tinte, que se encuentra en cantidades diminutas en el cuerpo de los moluscos, lo convirtieron en el tinte más valorado, que a menudo cuesta más que el oro«.

Asimismo, ha resaltado que «hasta el descubrimiento actual, solo habíamos encontrado residuos de conchas de moluscos y cuencos con manchas de tinte, que proporcionaban pruebas de la industria de la púrpura en la Edad de Hierro. Ahora, por primera vez, tenemos pruebas directas de los propios tejidos teñidos, conservados durante unos 3.000 años», ha celebrado.

El profesor Erez Ben-Yosef, del Departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, ha afirmado por su parte que «la expedición arqueológica ha estado excavando continuamente en Timna desde 2013. Como resultado del clima extremadamente seco de la región, también pudimos recuperar materiales orgánicos como textiles, cuerdas y cuero de la Edad de Hierro, de la época de David y Salomón, lo que nos proporciona una visión única de la vida en tiempos bíblicos. Si excaváramos durante otros cien años en Jerusalén, no descubriríamos tejidos de hace 3.000 años», ha reconocido.

Ben-Yosef ha recordado que Timna era un centro de producción de cobre, el equivalente de la Edad de Hierro al petróleo actual. La fundición del cobre requería conocimientos metalúrgicos avanzados que eran un secreto y los que poseían estos conocimientos eran los expertos en «alta tecnología» de la época.

Y la Colina de los Esclavos es el mayor emplazamiento de fundición de cobre del valle y está repleto de montones de residuos industriales, como las escorias de los hornos de fundición. Precisamente en uno de estos montones había tres trozos de tela de colores. «El color nos llamó inmediatamente la atención, pero nos costó creer que habíamos encontrado un verdadero púrpura de una época tan antigua», ha explicado.

Según los investigadores, la púrpura verdadera (argaman) se produjo a partir de tres especies de moluscos autóctonos del mar Mediterráneo: el murex (Hexaplex trunculus), la Poirieria zelandica (Bolinus brandaris) y la Stramonita haemastoma.

En la actualidad, la mayoría de los estudiosos coinciden en que los dos tintes preciosos, el púrpura (argaman) y el azul claro, o azur (tekhelet), se producían a partir del molusco de tinte púrpura bajo diferentes condiciones de exposición a la luz. Estos colores se mencionan a menudo juntos en las fuentes antiguas, y ambos tienen un significado simbólico y religioso hasta el día de hoy. Los sacerdotes del Templo, David y Salomón, y Jesús de Nazaret son descritos como portadores de ropas de color púrpura.

Las pruebas analíticas realizadas en los laboratorios de la Universidad de Bar Ilan, junto con los tintes reconstruidos por el profesor Zohar Amar y la doctora Naama Sukenik, permiten identificar las especies utilizadas para teñir los tejidos de Timna y los tonos deseados.

El tinte se identificó con un instrumento analítico avanzado (HPLC) que indicó la presencia de moléculas de tinte únicas, originadas únicamente en ciertas especies de moluscos. Según la doctora Naama Sukenik, «la mayoría de los tejidos coloreados encontrados en Timna, y en la investigación arqueológica en general, se tiñeron con diversos tintes de origen vegetal que eran fáciles de conseguir y de teñir. El uso de tintes de origen animal se considera mucho más prestigioso, y servía como un importante indicador del alto estatus económico y social del usuario».

Los restos de tela teñida de púrpura que hemos encontrado no sólo son los más antiguos de Israel, sino del Levante meridional en general –resalta–. También creemos que hemos conseguido identificar el método de doble tinte en uno de los fragmentos, en el que se utilizaban dos especies de moluscos de forma sofisticada, para enriquecer el tinte. Esta tecnología es descrita por el historiador romano Plinio el Viejo, del siglo I de nuestra era, y el tinte que producía era considerado el más prestigioso».

El profesor Ben-Yosef identifica el centro de producción de cobre de Timna como parte del reino bíblico de Edom, que limitaba con el reino de Israel por el sur. Según él, los espectaculares hallazgos deberían revolucionar nuestros conceptos de las sociedades nómadas de la Edad de Hierro.

«Los nuevos hallazgos refuerzan nuestra suposición de que había una élite en Timna, lo que atestigua una sociedad estratificada. Además, dado que los moluscos son autóctonos del Mediterráneo, es evidente que esta sociedad mantenía relaciones comerciales con otros pueblos que vivían en la llanura costera. Sin embargo, no tenemos constancia de ningún asentamiento permanente en el territorio edomita», admite.

Según recuerda, «cuando pensamos en los nómadas, nos resulta difícil librarnos de las comparaciones con los beduinos contemporáneos y, por tanto, nos cuesta imaginar reyes sin magníficos palacios de piedra ni ciudades amuralladas. Sin embargo, en determinadas circunstancias, los nómadas también pueden crear una estructura sociopolítica compleja, que los escritores bíblicos podrían identificar como un reino», asegura.

El investigador destaca que «todo este debate tiene repercusiones en nuestra comprensión de Jerusalén en el mismo periodo. Sabemos que las tribus de Israel eran originalmente nómadas y que el proceso de asentamiento fue gradual y prolongado. Los arqueólogos buscan el palacio del rey David pero es posible que David no expresara su riqueza en edificios espléndidos, sino con objetos más propios de una herencia nómada, como tejidos y artefactos».

Según Ben-Yosef, «es un error asumir que si no se han encontrado grandes edificios y fortalezas, entonces las descripciones bíblicas de la Monarquía Unida en Jerusalén deben ser ficción literaria. Nuestras nuevas investigaciones en Timna nos han demostrado que, incluso sin tales edificios, había reyes en la región que gobernaban sociedades complejas, formaban alianzas y relaciones comerciales y se hacían la guerra. La riqueza de una sociedad nómada se medía en cosas que no eran menos valoradas en el mundo antiguo, como el cobre producido en Timna y el tinte púrpura que se comerciaba con sus fundiciones de cobre».