El foco se sitúa en uno de los sitios del cultivo de amapola más grandes del mundo y principal surtidor de goma de opio (sustancia principal para elaborar heroína) y de otros derivados a Estados Unidos: el costeño Estado de Guerrero, al suroeste de la capital del país cuyo emblema son los puertos de Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo.
Un poblado en armas
Ayahualtempa es el nombre de un pequeño pueblo indígena de no más de mil habitantes, situado al sur del Estado Guerrero. Ahí, hace unos días, fueron grabados algunos niños de entre seis y doce años de edad que han dejado de lado escuela y juegos para tomar las armas y formar parte de las filas de la autoproclamada “policía comunitaria”.
¿Por qué lo hacen? Seguramente no por gusto, sino para proteger a sus familiares y a su comunidad del incesante asedio de grupos de narcotraficantes que se disputan la zona y que, en muchas ocasiones, toman a pueblos enteros como rehenes de sus venganzas contra los contrarios.
En Guerrero, pueblos como Ayahualtempa forman parte de un ejercicio de auto protección ciudadana que muestra la ineficacia de las medidas gubernamentales no solamente para transformar los cultivos de marihuana y amapola por maíz o frijol, sino también para combatir a los narcotraficantes.
Ayahualtempa ha aportado treinta pequeños a la policía comunitaria del municipio de José Joaquín de Herrera, que cuenta con más de 200 miembros armados con lo que pueden: fusiles, escopetas, pistolas, incluso con palos, para repeler los asedios constantes de los grupos de delincuentes que operan en la zona; una zona que es terreno de nadie.
“Los ardillos” y otros
La banda criminal conocida como “Los ardillos”es la principal fuente de hostigamiento de Ayahualtempa, puesto que esta comunidad representa un emplazamiento clave para la producción y el tráfico de goma de opio, materia prima con la que se produce heroína.
De hecho, hay informes no oficiales (los informes oficiales en el Estado de Guerrero suelen ser poco creíbles)que hablan de hasta nueve personas de Ayahualtempa que han sido asesinadas en los últimos dos años presuntamente por miembros de “Los ardillos”, por no plegarse a sus órdenes.
Entrevistados por diversos medios de comunicación mexicanos, una vez que se dieron a conocer las fotos de los pequeños armados, las autoridades comunitarias de Ayahualtempa afirman sentirse totalmente abandonadas tanto por el Gobierno federal como por el estatal, motivo por el cual han tomado la decisión de incorporar a niños a la policía comunitaria.
Dos testimonios
“’Los Ardillos’ secuestraron a mis seres queridos, y si en los caminos vas desarmado, pues te secuestran (…) Si uno va a la escuela, lo desaparecen, por eso es que los niños ya no pudieron estudiar más”, denunció Chayo, de 17 años, quien se enroló en la policía comunitaria a los 15.
“Nuestros papás nos dijeron que ya no hay que seguir estudiando porque nos iban a agarrar (los delincuentes). Ya entramos (a la autodefensa) y no tenemos otra salida”, dijo Luis, de 13 años, con una vara que le dieron para el entrenamiento.
Bernardino Sánchez, líder de una autodefensa, dijo que estas demostraciones con los niños son para llamar la atención del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se de cuenta de la magnitud de la violencia y para que la gente sepa por la que están pasando en esa entidad.
Guerrero es el tercer Estado más violento de México. Allí ocurrieron 1.434 de los 34.552 homicidios registrados en el país en 2020 (27 por cada 100.000 habitantes).