En una acción coordinada en la que han participado más de cien parroquias católicas alemanas, otros tantos sacerdotes están bendiciendo parejas homosexuales en una campaña difundida en las redes sociales bajo el lema ‘el amor gana’ y cuyo objeto es protestar contra el «Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe a un dubium sobre las bendiciones de las uniones de personas del mismo sexo», en el que el pasado 15 de marzo contestó con una negativa. Ante la gran afluencia de parejas, algunas de las iglesias han prolongado la jornada de bendiciones a hoy lunes, aunque la mayor parte tuvo lugar ayer, durante las misas de domingo y en sesiones añadidas en horario de tarde.
El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, se ha mostrado públicamente comprensivo con esta campaña y ha sugerido reformas integrales sobre el tema de la homosexualidad, como la inclusión de este tipo de bendiciones, apuntando que pueden ser factibles sin el reconocimiento oficial del Vaticano, aunque se ha distanciado mínimamente de la iniciativa al afirmar que «en este contexto, sin embargo, no considero que las acciones públicas como las previstas para el 9 y el 10 de mayo sean una señal útil y un camino más». «Los servicios de bendición tienen su propia dignidad teológica y significado pastoral. No son adecuados como instrumento para manifestaciones políticas eclesiásticas o acciones de protesta», ha dicho.
Entre otras cosas, el obispo de Limburgo ha sugerido un cambio en las reglas del catecismo en cuestiones de homosexualidad, tal y como ha insistido en una reciente entrevista con la revista teológica ‘Herder Korrespondenz’. En su diócesis, permite bendiciones a las parejas en general, «que no pueden casarse en la iglesia, pero que piden la bendición de Dios». «Para esto, se necesitan soluciones que no solo sean efectivas en privado, sino que también tengan visibilidad pública, y que también dejen en claro que no se establece ningún matrimonio», ha aclarado. Además de las parejas homosexuales, se refería por ejemplo a las personas que se vuelven a casar después de un divorcio y a los «argumentos teológicos bien elaborados que hablan a favor de que el oficio sacramental debe abrirse también a las mujeres».
Maik Wist y Christian Mackels, bendecidos este fin de semana como pareja homosexual en la Iglesia San Christophorus, en el distrito de Neukölln en Berlín, expresaron su agradecimiento a la salida de la iglesia y se declararon «acogidos y reconfortados». «Sabemos que esto no es un matrimonio, no pretendemos suplantar el sacramento, pero formamos parte de una realidad que existe, eso no se nos puede negar, y por nuestra fe necesitamos vivir amparados por la Iglesia, aunque se nos niegue el sacramento», añadía Christian. El sacerdote Ulrich Engel lució una estola de colores del arco iris durante el servicio de bendición, que junto con las iglesias de Santa Clara y San Canisio han participado en la campaña.
El obispo de Passau, Stefan Oster, se ha referido en su homilía del domingo al tema de la homosexualidad, afirmando que «tu inclinación suele estar ahí. La Iglesia dice que no es la inclinación, sino tu actuación en el acto sexual lo que es pecado», precisó. Oster explicó literalmente: «Honestamente puedo sentir que esto es difícil de entender. Pero también conozco personas que, aunque se sienten homosexuales, sienten que la iglesia todavía está bien con su enseñanza. Sienten que con este acto algo no encaja para ellos». Defendió que la enseñanza de la iglesia sobre la familia, género y sexualidad es correcta, mientras llamó a los creyentes a ser abiertos y aceptar «cuando se encuentran con personas que piensan de manera diferente sobre estas cosas y viven de manera diferente». Se refirió al Catecismo Mundial publicado por el Papa Juan Pablo II en 1992 y que pretende ser una «norma segura para la instrucción en la fe» y un «texto de referencia auténtico para la presentación de la doctrina católica». Según el Catecismo, dijo, no es pecado sentirse homosexual. Los homosexuales deben ser tratados con «respeto, compasión y tacto, sin discriminación. Pero los actos homosexuales están intrínsecamente fuera de orden».