Dios está en todos lados… hasta en las redes sociales. En momentos tan complicados en el mundo por cuestiones bélicas y de salud, algunas personas se han alejado de la fe, pero otras han reforzado sus creencias, apoyándose en las tecnologías.

De forma disruptiva, Heriberto García Arias, vocero y sacerdote de la Diócesis de San Juan de los Lagos, Jalisco, ha utilizado las redes sociales, principalmente TikTok, donde, en “onda con los chavos”, difunde la fe católica mediante videos, bailes y filtros.

En entrevista con El Financiero, el sacerdote explica que su trabajo se ha enfocado con los jóvenes, por lo que las herramientas tecnológicas han sido sumamente importantes para su labor.

“Comencé a subir videos y de ahí en adelante a contestar preguntas y a hacer todo lo que hasta ahora Dios me ha permitido hacer, que es solo proyectarme como persona, como sacerdote, dentro de las redes sociales. No implica tanto tiempo hacer videos, quizá jugar con los filtros, pero no me roba tanto tiempo, a eso me dedico, por corresponder a los jóvenes a través de estos caminos que es donde encontramos a adolescentes y jóvenes y que tanta falta hace la iglesia y que la palabra de Dios esté ahí”, asegura.

Si bien la cantidad de mexicanos católicos se ha reducido en los últimos años, entre los jóvenes aún persiste la necesidad de tener una conexión con la divinidad, aún en medio de tiempos con temas polémicos.

Quieren conocer la fe, conocer a Dios, porque hay muchas dudas, muchas cuestiones que ellos por otra parte han visto, y hay bastante información, lo que buscan es la verdad, al estar un sacerdote en las redes sociales automáticamente es el contacto directo con la iglesia y quieren responder todas sus dudas ahí, eso yo lo veo muy bueno porque todavía hay inquietud, todavía quieren conocer, les importa lo que diga la iglesia”, dice el sacerdote.

Un Padre muy charro

Heriberto García es aficionado a la charrería y ha tenido oportunidad de practicarle en el Rancho “Los 3 Potrillos”, de la familia de Vicente Fernández, y entre su historia se encuentra que antes de ser sacerdote tenía una novia, pero su destino no estaba con ella, sino en unidad con Dios.