Cuando alguien hace buenas acciones. la verdad es que no las hace esperando que estas sean reconocidas. Buení smo si las agradecen, pero en realidad la persona que las realiza las hace generalmente por tres razones.

  1. Porque puede y no cuesta trabajo
  2. Porque alguien lo necesita
  3. Porque uno se va a sentir mejor después de que lo haga.

¡Hoy es un buen día para dar las Gracias!

En los hospitales las malas noticias, al igual que las posibilidades de ayudar a los pacientes corren muy rápido.

Graciela era una joven de dieciocho años, cuando necesitó urgentemente un transplante de médula. El día fijado para el transplante, la médula debía llegar por avión ya que el donante residía en el exterior. La casualidad quiso que justo ese día comenzara una huelga del personal de aviación con lo cual ningún avión tenía permitido despegar o aterrizar en el aeropuerto. Esto era un asunto de vida o muerte. Graciela se encontraba en su cuarto sedada y con grandes dolores, así que la petición de ayuda no la inició ella sino sus padres, que se hallaban desesperados tratando de salvar a su hija. En los pasillos del hospital se comentaba lo delicada que se encontraba Graciela y el desenlace fatal que se avecinaba ya que su transplante era vital.

El rumor se extendió rápidamente hasta que un familiar de otro paciente que no tenía relación alguna con Graciela o su familia, escuchó esta triste historia. Inmediatamente, llamó a un amigo sindicalista que tenia una alta jerarquía en la Federación General de Trabajadores. Al mismo tiempo la esposa de este hombre se comunicó con su clérigo que se hallaba fuera del país en ese momento. Fue así que lograron que el clérigo consiguiera subirse a un avión privado, recogiera la médula y pudiera traerla al país, gracias al permiso especial que el sindicato había otorgado para que pudiera aterrizar el avión. De esta manera se logró que la médula llegara a tiempo al hospital donde se encontraba Graciela y así le salvaron su vida.

Años más tarde y en mejores condiciones de salud, esta muchacha sintió la gran necesidad de agradecer a la pareja que aun sin conocerla, luchó por salvarle su vida, así como a todas las demás personas que también habían contribuido. Se percató de la gran cadena de gente y circunstancias por las cuales debía de estar agradecida. Comenzó a mirar la vida con ojos nuevos, dándose cuenta por primera vez que uno no está solo, descubriendo de repente, que aun detrás de la más simple acción, hay un sin fin de condiciones que la hacen posible.

La vida funciona de maneras muy extrañas. Muchas veces es imposible entender cual es ese motor que nos permite conseguir nuestras necesidades. Es así como una vez, en un recital de una escuela sentada en un teatro, Graciela se encontró con la esposa de aquel hombre, los que habían movido mar y tierra para conseguir su médula. Con mucha emoción y lágrimas de agradecimiento, Graciela abrazó a esta mujer y le agradeció con los más profundos y sinceros sentimientos, todo lo que ella y su esposo habían hecho. Después de todo, esta desconocida le había regalado su vida, sin esperar ni siquiera una sonrisa a cambio.

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Gratitud

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INGREDIENTES

  • 2 cubos de Reconocimiento
  • 3 ramitas de Agradecimiento
  • ½ taza de Humildad
  • 1 acción diaria y continua

RECOMENDACIÓN DEL CHEF

La Gratitud nos ubica. Nos da un toque de humildad y nos sensibiliza ya que nos recuerda que ni somos los únicos, ni podemos hacer todo solos. Es una buena costumbre aprender a agradecer por todo y de todo, no te esperes.

MODO DE PREPARACIÓN

La gratitud debe ser la esencia de la naturaleza humana. Es el atributo de un corazón siempre dispuesto para expresar aprecio y agradecimiento.

Cuando uno es capaz de agradecer y reconocer las personas, las circunstancias y hasta la vida misma, entonces se encuentra el sentido de la existencia. Se genera un bienestar interno que se desarrolla continuamente y se incrementa entre mas gratitud se produce. La Gratitud nos ubica, nos recuerda que ni somos los únicos, ni podemos hacer todo solo. Un buen chef es aquel que puede combinar su humildad con el reconocimiento a los otros, agradeciendo constantemente la oportunidad de poder cocinar y crear tantos platillos como le den oportunidad. Un cocinero agradecido tiene menos arrogancia y egoísmo. Siempre está encaminado a apreciar. Si tuviese escasos ingredientes sería suficiente para crear algo extraordinario. La gratitud es el ingrediente básico e indispensable para ser feliz. Nos conecta con el amor y nos engrandece. Si falta este ingrediente vital para la existencia humana se limita la visión de la vida, se incrementa la infelicidad y la insatisfacción, se llena la vida de resentimiento. La gratitud añade sabor y sentido a la vida. Ver una sonrisa en la cara de las personas es el mejor símbolo de gratitud. ¿Usted ya sonrió hoy? Recuerde que no hay límite por las razones que podemos agradecer. Entre más agradecidos estemos, más contentos viviremos.