Isabella es una atractiva morena que cada vez luce mas guapa físicamente, se ha sometido a varias cirugías plásticas, aumentándose el busto, reduciéndose las caderas, marcándose el abdomen, afinándose la nariz, en fin queda muy poco por que ella se opere para quedar como una obra maestra de la cirugía plástica. Dedica la mayor parte del tiempo al cuidado de su cuerpo, así que pasa por lo menos 3 horas diarias en el gimnasio, también va al salón y a cualquier tipo de masaje o tratamiento que le ofrezcan para mejorar su cutis. Parece una escultura y se ve bellísima. Cuando camina por la calle la gente la voltea a verla. Sin embargo, Isabella no es feliz. Vive preocupada si engorda un gramo o le sale una arruga por miedo a que su esposo deje de encontrarla atractiva. Se rehúsa a salir con sus amigas si no puede vestirse al último grito de la moda por temor a que la critiquen, o no ser la mejor vestida de todas. Jamás reciben visitas si la casa no esta impecable. No hay espacio para la espontaneidad y siempre dependen de la admiración de los demás. Realmente vive atormentada, con una alta presión, la cual ella sola se ha creado ya que a nadie realmente le importa o se fija con tanto detenimiento.

Una buena presentación siempre ayuda a que los platillos se vean más apetitosos y que se coman con mejor disposición, sin embargo el sabor es lo que realmente va a hacer la verdadera diferencia. Cuando se logra encontrar paz y armonía entre la imagen física y los valores espirituales y emocionales, la belleza se consolida y realmente se engrandece. No se puede comprar simpatía o sencillez del alma, al igual que no se puede comprar o pedir prestada la felicidad de los otros.

El depender exclusivamente del aspecto físico es igual que tener una moneda falsa que sigue circulando porque la gente se deslumbra y no se da cuenta que no tiene valor real.

Las personas mas bellas son las que irradian la belleza desde adentro.

El contenido es lo que tiene valor, lo de afuera es solo una buena envoltura que sirve como una carta de presentación.

Cuando no es necesaria la aprobación de nadie para validarnos, la sonrisa nos viene natural, lucimos bien. Cuando sentimos que somos dignos de respeto y amor, cuando estamos en control de nuestras vidas, es quizás cuando podemos decir que tenemos un buen auto estima. No estamos describiendo a una persona únicamente bella físicamente, estamos describiendo a una persona que está contenta consigo misma, a una persona que trabaja diariamente para ser mejor, que sabe que tiene que nutrir su interior para que florezca su exterior.

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Verdaderamente Bella

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INGREDIENTES

  • I Taza de cariño propio
  • 1 Sobre de aceptación
  • 2 Tantos de logros personales
  • 1 Frasco de seguridad
  • 1 Cucharadita de determinación
  • 1 Cucharada de positivismo
  • Sencillez al gusto

RECOMENDACIÓN DEL CHEF

MODO DE PREPARACIÓN

La autoestima no es cocinar un platillo en particular. Es sin lugar a duda el sazón que llevan todos nuestros platillos, es esa delicia que podemos compartir sin embargo es casi imposible de comprar, es un producto que viene incluido dentro de nosotros mismos.

La autoestima se cocina con las propias manos, nadie ni nada puede substituir la satisfacción personal que trae lograr un buen platillo.

Cada cocinero tiene su estilo único que lo hace diferente de los demás, está en él mismo descubrir sus talentos y engrandecerlos. Al reconocer la propia capacidad, uno logra sentirse competente, no necesita la aprobación de nadie, confía en sus propias habilidades para conseguir ricos y diferentes sabores.

Ningún cocinero es perfecto, sin embargo todos son valiosos, distintos y complementan deliciosamente esta amplia cocina a la que todos pertenecemos.