Cambiando la estrategia del juego

¿Si hacemos lo mismo como esperamos tener resultados distintos?

¡Qué fácil es pedir que las cosas cambien, esperar milagros o cambios repentinos! Desafortunadamente los cambios nunca se presentan solos. Hay que hacerlos personalmente, con esfuerzo, trabajo constante y sobretodo con mucha cautela. Cambiar no significa hacer lo mismo en un orden distinto, tampoco significa solamente quedarse con el pensamiento o la intención de hacer algo de diferente modo. Cambiar significa hacer lo que antes no se hacía, tomar la iniciativa en aspectos que quizá no se creían importantes, decir lo que antes se callaba, callar lo que antes se decía, comer lo que en otras ocasiones no se probaba, en fin, cambiar implica hacer algo nuevo y relevante.

Hay gente que piensa que el cambio es posible, por lo tanto encuentran una razón para mejorar constantemente. Sin embargo, hay otros que insisten en que el cambio es un esfuerzo inútil, con lo cual se hunden en su mundo amargo.

Nada pasa por casualidad, nuestra vida depende en cierta medida de nosotros. Ciertamente todos deseamos ser mejor, pero si no cambiamos nuestra estrategia difícilmente encontraremos resultados distintos.

Jaime y Rosa tienen un matrimonio difícil, lastimado y ahora muy distante. Si bien llevan casados más de 25 años han mantenido su relación por costumbre así como por el amor que sienten por sus hijos y por el compromiso que alguna vez se hicieron mutuamente.

Jaime es un buen hombre, sale a trabajar diariamente para traer el pan a su casa. No es muy exitoso, sin embargo, a pesar de que no hay lujos y hay muchas cuentas por pagar, la trata de llevar lo mejor que puede. Para comer nunca falta.

Rosa es una excelente ama de casa, cuida a sus hijos con cariño y está al pendiente no sólo de lo que les hace falta en el presente sino de lo que pueden necesitar en el futuro. Sus hijos son buenos muchachos, respetuosos y bien educados.

Podría parecer que esta pareja tiene una vida tranquila y que su relación es como la de cualquiera, sin embargo no es así. Jaime no habla mucho, tiene una gran frustración porque no puede cubrir sus gastos mensuales, su trabajo le gusta pero nunca lo ha podido hacer crecer y ahora, en tiempos difíciles, las carencias son aún más notorias. Se ha retraído y alejado de los demás. Sabe el dolor que causa, pero no logra hacer nada significativo por cambiar. Está convencido que él está intentando. Realiza pequeñas modificaciones aquí y allá. El problema es que no hace cambios relevantes donde realmente debería hacerlos. Se aferra a los viejos hábitos y le cuesta mucho cambiar. Parecería que se ha acostumbrado a vivir en su rutina que se ha tornado agobiante, triste y redundante.

Rosa sufre, llora y se angustia continuamente, siente que la vida es injusta y que por más de que trata de hacer esfuerzos para salir adelante siempre hay un contratiempo. Pareciera como si la mala suerte la acompañara. Ha tratado de hablar con su marido, le ha pedido ayuda, lo ha mandado con profesionales tanto médicos como consultores de negocios, hasta guías espirituales. Ella siente que lo ha intentado todo y sin embargo nada ha funcionado hasta ahora. Esto ha causado culpas, reproches, amarguras y desafortunadamente ha hecho que su matrimonio sea una carga en vez de una relación en la que se sienta nutrida, esperanzada y contenida.

¿Es posible que esta pareja crea que lo ha intentado todo y sin embargo, tan sólo haya cambiado lo que no es importante pero siguen haciendo lo mismo simplemente en otro lugar y en otra fecha?

LA RECETArecetas-titulo1

Encontrar la fuerza para lograr cambios auténticos y duraderos

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INGREDIENTES

  • 1 taza de voluntad
  • 2 cubitos de esfuerzo
  • 1 racimo de aceptación
  • 3 gotas de fortaleza
  • 1 chorrito de confianza

RECOMENDACIÓN DEL CHEF

El cambio sólo se da cuando uno realmente lo desea, nadie puede hacer que uno cambie si no quiere.

MODO DE PREPARACIÓN

  1. El cambio es una acción difícil y estresante para todos. La voluntad de cambiar es una condición extraña en general, existe una tendencia a aferrarse a los viejos hábitos por evitar el miedo a lo desconocido.
  2. El cambio sólo se logra cuando se está dispuesto a pasar momentos llenos de desequilibrio. Antes de encontrar armonía y balance, el cocinero debe dejar su zona de confort y estar listo a sobrepasar varios obstáculos y tropiezos.
  3. Un cambio pequeño puede lograr grandes alcances. No es necesario hacer grandes modificaciones o insistir que todos cambien alrededor ya que un pequeño movimiento incita a muchos cambios nuevos.
  4. Todos necesitamos mejorar. La vida es dinámica y cambiante; por lo tanto, hay que adaptarse a las nuevas circunstancias y recordar que no existe ningún ser perfecto en esta vida.

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Prestigiosa columnista internacional en más de 10 periódicos y revistas que se publican y distribuyen desde Nueva York hasta Argentina Con su famosa columna Recetas para la Vida©. Ganadora por tres años consecutivos del premio de excelencia en periodismo del San Diego Journal Club.