José Luís, siempre pelea con su mujer por el mismo tema: «las compras». Son una linda pareja que tienen doce años de casados, se llevan muy bien y se complementan fabulosamente. Sin embargo el tema de las compras lleva a que tengan repetidamente grandes peleas.

A Genoveva le fascina comprar ropa, es una mujer muy guapa y siempre luce bien. José Luís disfruta de ver a su esposa siempre tan atractiva, pero el dinero y el tiempo que ella gasta en las compras lo vuelven loco. No puede entender como ella pasa horas yendo de tienda en tienda, mirando unas ochocientas blusas o cuatrocientos pares de zapatos hasta poder encontrar aquella blusa perfecta, la que tiene un precio razonable, combina con la mayor cantidad de ropa posible , es bien moderna y de buena calidad. Esto lleva siempre a fuertes discusiones y se ha convertido en un problema crónico y sin solución. ¿Que se puede hacer en un caso así?

Hay que saber decir basta y aceptar que hay cosas con las que hay que aprender a vivir ya que no van a cambiar. Ni Genoveva va a dejar de comprar ropa, ni José Luís va a entender porque Genoveva disfruta tanto haciendo esto y no puede contenerse.

La mejor solución para este problema es aceptarlo, reconocer que no va a cambiar y que no tiene sentido continuar siempre peleando por lo mismo. Cuando se logra hacer esto se reduce la tensión en la relación y se puede avanzar hacia adelante.

Quizás el ingrediente para poder solucionar este problema es el poder aceptar la diferencia; acordar que se esta en desacuerdo y apreciar el distinto punto de vista de cada uno. José Luís puede reconocer el talento y el gusto que Genoveva tiene por la ropa y ella puede comprender el gran esfuerzo que su esposo hace para darle todo lo que ella necesita, su gran cariño y su frustración con la conducta de su esposa. Por lo que llegamos a la conclusión que es mas importante valorar lo que se tiene, y que no vale la pena amargarse por lo que es inevitable. Todos se benefician cuando cada uno es capaz de ceder un poco por el bien de la relación. Muchos problemas pierden su carga negativa y desaparecen cuando ambas partes se resignan a que no todo se puede cambiar, se comprometen a seguir adelante, y se refrenan de derrochar energía en lo que no tiene solución.

Se debe realzar lo que tenemos en común con el otro, poner el énfasis en los valores que sostienen la relación y no acentuar los problemas.

Porque cada quien es como es, porque cada uno posee cualidades y configuraciones que son únicas, hay cosas que no se pueden ni es necesario cambiar. Muchas veces es mejor aceptar el desacuerdo y dejar de pelear. Viva la diferencia!

La Recetarecetas-titulo1

Titulo de la receta

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INGREDIENTES

  • 1 Taza de Reconocimiento
  • 1 Taza de Respeto
  • 3 Cucharadas de Aceptación
  • 1 Lata de Compromiso
  • 1 pizca de Buena Disposición
  • Espolvoree con Cariño
  • Paciencia según sea necesaria

RECOMENDACIÓN DEL CHEF

MODO DE PREPARACIÓN

Hay que aprender a elegir las batallas y no sudar por lo que es insignificante o sin solución. Es inútil pasar la vida malgastando nuestra energía donde realmente no es necesaria. Si sabemos de antemano que vamos a ir a cenar a un restaurante chino, entonces hay que pedir platillos del menú y no frustrarse porque no hay otra variedad. Cuando una situación se repite con frecuencia, trae tensión y no hay resolución, es mejor aceptarla con una buena disposición y sentido del humor. Hay que añadir cariño y paciencia para seguir adelante. El poder disfrutar lo que tenemos y poder evaluar las cosas en perspectiva nos dará un rico aroma y nos va ha producir una receta balanceada.

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Prestigiosa columnista internacional en más de 10 periódicos y revistas que se publican y distribuyen desde Nueva York hasta Argentina Con su famosa columna Recetas para la Vida©. Ganadora por tres años consecutivos del premio de excelencia en periodismo del San Diego Journal Club.