Varios gramáticos resaltan que este término se usa para dirigirse al ser supremo y su grandeza: «mi Señor» o «mi Gran Señor». Se usa unas 300 veces la palabra hebrea ‘adon en el Antiguo Testamento.

El título ‘Adonai se encuentra además en la expresión «Señor de toda la tierra» y es un título de jerarquía, honor y autoridad.

 

Salmos 97:5 Ante la presencia de Jehová los montes se derriten como cera, ante la presencia del Señor de toda la tierra.

Josué 3:11 He aquí, el arca del pacto del “Señor de toda la tierra” cruza delante vosotros en medio del Jordán.

Zacarias 4:14 Y dijo: estos son los dos hijos de aceite, que están de pie junto al Señor de toda la tierra.

Zac 6:5 El angel respondió y me dijo.  Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra.

 

Cuando se aplica este término a Dios, hace resaltar su posición como Señor y Dueño, también el derecho que tiene de ser obedecido.

 

Reconozcamos que Él es y nosotros no somos, él es el Señor, nuestro gran Señor, el amo y majestuoso, él es nuestra autoridad plena.

 

Hoy en día parece que hay una ausencia de autoridad, toda la tierra está en rebelión, los hijos han dejado de someterse a los padres, las esposas a sus esposos, los ciudadanos no respetan a la autoridad, los gobernantes no se someten a la constitución de su país, en pocas palabras es un caos total, la ausencia de justica se puede ver en toda la tierra.

Nos hemos olvidado del “ Señor de toda la tierra” del que está sentado en el trono ejerciendo su autoridad del Rey de Reyes y Señor de Señores.

 

En el siguiente versículo Efesios 1:17

El apóstol ora  para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, nos dé  espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, le pide al Dios Padre  que seamos alumbrados para conocer la grandeza de su poder la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero.

 

Una vez que veamos y reconozcamos que Jesucristo es Rey y Señor exaltemos su nombre honrándolo en  nuestra manera de vivir, sometiéndonos cada día a aquel que rige desde nuestro interior, ciertamente la voluntad de dios se hace en los cielos cooperemos con el permitiendo que su voluntad se haga en la tierra, empezando en nuestro corazón, en nuestros pensamientos y decisiones, en la manera de ejercer su autoridad en nuestra vida familiar, en nuestro trabajo, como ciudadanos, de tal manera que él sea exaltado en todos los actos de nuestra vida, demos testimonio de que él vive y reina.

 

 

 

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Nació en Parral, Chihuahua, México. Casada con Luis Ortega Madrid, es madre de tres hijas, Mirka, Aimee y Paola. Administra su propio negocio en la ciudad de San Diego Ca., ciudad donde radica. “Empecé esta maravillosa carrera de amar y servir al señor Jesucristo hace 38 años y ha sido durante este periodo de tiempo que Él ha enriquecido mi vida espiritual, la de mi familia y la de mis amigos, he recibido diversas capacitaciones y entrenamientos en denominaciones pentecostales, asambleas De Dios y en la iglesia local en Anaheim, Ca.”