Jerusalén es Ciudad Santa para las tres grandes religiones que veneran en ella los lugares más emblemáticos para su fe.
Ella es un crisol de culturas y una ciudad única con una vocación especial que Francisco asegura ser orientada a la paz.
Macarena Cotelo es directora de proyectos de la Fundación Promoción Social, una de las pocas organizaciones que trabajan de modo continuo, desde los años 90, para incentivar la convivencia y reforzar la presencia cristiana en una tierra en la cual cada vez es más difícil seguir los principios del cristianismo.
Según Macarena, declaraciones, afirmaciones y actitudes de cualquier personalidad importante pueden llevar a consecuencias inesperadas y a acciones radicales en el seno de aquella comunidad.
De este modo, afirma ella, preocupa especialmente en estos días la decisión del presidente americano a propósito del reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.
La directora de la Fundación Promoción Social dice que las declaraciones del Presidente de los Estados Unidos «van a afectar a todos los palestinos igualmente. Yo estoy recibiendo mensajes de cristianos que tienen preocupación por su futuro, pero es la misma preocupación que llevan arrastrando por todos estos años. Existen incertezas sobre lo que pasará ahora.
En ese sentido, yo diría que musulmanes y cristianos palestinos comparten un mismo problema y un mismo desvío.
Evidentemente esto no ayuda en nada a una convivencia con los judíos porque, así, se vuelve a mezclar lo político y lo religioso de una forma peligrosa».
Decisión de irse
Macarena Cotelo apunta consecuencias de esas actitudes de líderes occidentales:
«El efecto inmediato que tienen los conflictos en Tierra Santa es que ellos empujan a los cristianos a tomar la decisión de partir. Los palestinos tienen familia fuera y les es relativamente fácil, incluso siendo doloroso, volver a irse. Son realmente los que están en la situación más delicada por ser minoría».
Para impedir esta diáspora, contó Macarena, la organización coopera en proyectos educativos y de desarrollo que valorizan la presencia cristiana entre las otras comunidades.
Hace más de veinte años la Fundación viene promoviendo la creación de escuelas donde pueden estudiar niños de diferentes credos religiosos.
Ella además afirma que esto siempre le pareció «que era un modelo maravilloso para apoyarse porque (…) los niños aprenden a crecer juntos desde pequeños. (…) Y estos centros refuerzan la presencia cristiana en Tierra Santa».
Macarena recuerda que además existen rincones cristianos.
«Hay una parroquia y dos colegios del patriarcado latino. Uno es antiguo que ayudamos a rehabilitar y ahora es un complejo que protege, por así decir, la congregación de las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa que tienen un pequeño convento para atender a la personas incapacitadas y es un área de seguridad para los cristianos; y existe además una escuela mayor que, en uno de los últimos conflictos sirvió de refugio para familias enteras».
El trabajo de esta Fundación sirve para recordar que la paz en Tierra Santa es muy frágil. (JSG)