El 13 de mayo pasado se registraron tres ataques sucesivos de terroristas suicidas contra iglesias cristianas en Surabaya, Indonesia, la segunda ciudad más importante de ese país que más musulmanes acoge en el mundo; de su población total, 268 millones, casi el 90 por ciento practican la fe musulmana. El saldo del atentado fue de 13 muertos, 2 de ellos policías que cuidaban las iglesias y más de 40 heridos.
Indonesia es oficialmente un país musulmán moderado e incluso en su constitución se establece la libertad de religión: islam, catolicismo, protestantismo, budismo, hinduismo y confucianismo.
Lo sorprendente de este ataque es que fue cometido por seis miembros de una familia que había pasado un tiempo en Siria donde se radicalizaron al extremo. El padre perpetuó el primer atentado contra la iglesia pentecostal central, mientras que la madre y las hijas, de 9 y 12 años, cometieron el segundo frente a la iglesia protestante de la calle Diponegoro. El tercero y último, lo llevaron a cabo los hijos de 16 y 18 años contra la iglesia católica de Santa María Takbarceli.
El atentado a las iglesias fue el peor desde el año 2000, en la Noche Buena de ese año, que dejó un saldo de 18 muertos y 100 heridos, y el de la Isla Turística de Bali en 2002, en el que murieron 202 personas. Los tres atentados han sido atribuidos al movimiento Yamaah Ansharol Daulah, grupo filial del Estado Islámico (EI) durante muchos años los terroristas tenían como objetivo principal a policías. La intolerancia y la persecución religiosa se incrementó en Indonesia a partir de 2011.
Las vejaciones a las minorías cristianas son un fenómeno que se registra a nivel mundial, particularmente en países predominantemente musulmanes; la violencia contra los cristianos se ha incrementado notablemente. En este sentido, en el Informe de la ONG Puertas Abiertas (Open Doors) de 2018, que evalúa anualmente la situación y las persecuciones de cristianos en el mundo, consigna en 2017, 3 mil 066 cristianos que fueron asesinados en los 50 países que cubre el informe, donde 250 millones de cristianos experimentan alguna forma de violencia: hostilidad, discriminación, encarcelamiento y hasta la persecución extrema o el asesinato. En el informe también se destaca que 793 iglesias o propiedades de la iglesia fueron atacadas el año pasado. En cinco naciones se centra la violencia contra los cristianos.
En Corea del Norte por el simple hecho de que un individuo tenga una biblia pone en peligro a toda su familia. Miles de cristianos se encuentran internados en campos de concentración porque para el régimen de Kin Jong-Un son enemigos del Estado, los considera como “algo occidental” y hostil; los cristianos intentan ocultar su identidad para no ser internados en los campos de concentración. Se estima que en este país viven 300 mil cristianos; junto con Corea del Norte, Afganistán, son los países que más oprimen a los cristianos, no obstante, fue Nigeria donde se registró el mayor número de muertes de cristianos el año pasado, 2 mil. En esta nación en el norte el grupo radical terrorista Boko Haram, realizó actos de violación y otras formas de violencia sexual y superó 500 asesinatos el año pasado.
En Pakistán la ley antiblasfemia se ha convertido en una herramienta que permite oprimir cotidianamente a los cristianos. Es el país donde se registra el mayor grado de brutalidad contra los cristianos. En 2017 fueron asesinados 15 y se registraron 110 casos detenidos sin juicio previo y condenados, se observaron 70 casos de rapto y secuestro y 83 violaciones, asimismo, se dieron 700 casos de matrimonios forzados y 169 ataques a casas, tiendas y otros negocios o propiedades de cristianos. Pakistán fue el país con el mayor número de iglesias y propiedades que fueron destruidas o seriamente dañadas en 2017.
En India se registraron 635 casos de cristianos detenidos sin juicio previo en 2017, la mayoría pasó estancias cortas en prisión; (semanas o meses); por lo demás, 24 mil cristianos declararon haber sido víctimas de abuso físico y mental.
En Sudán los cristianos suelen ser acusados de espionaje y el gobierno ha buscado que la iglesia quede bajo su control; las conversiones de musulmanes al cristianismo se condenan con penas o la muerte. Por su parte, en Somalia las conversiones de musulmanes al cristianismo se pagan con la vida; un cristiano converso puede ser asesinado por su propia familia al igual que en Afganistán.
En Somalia quien practica cualquier religión que no sea el islam, que es la religión oficial, es ilegal; en este país opera el grupo islámico Al Shabaab que se ha propuesto limpiar al país de cristianos que representan un poco más del 1 por ciento de su población, que suma 14.5 millones.
En la lista de Puertas Abiertas dos países han sido la novedad en materia de persecución a cristianos en 2017. Nepal y Azerbaiyán. Nepal ha manifestado un brusco incremento del nacionalismo religioso en su política nacional, del cual se han aprovechado los radicales indios para presionar y actuar violentamente contra los cristianos. Por su parte, los cristianos de Azerbaiyán han visto incrementadas las medidas de las autoridades para acceder a información a través de redadas y arrestos.
Arabia Saudita ha sido calificada por la organización Human Rights como un sinónimo de intolerancia religiosa; no solo los cristianos son objeto de discriminación en este país, también lo son los hindúes y budistas e incuso lo es la secta musulmana Ahmadias, originaria de Indonesia en el siglo XIX. En Arabia Saudita la religión oficial es el Wahabismo, una secta de sunníes que cree en la interpretación literal del Corán. Los dirigentes sauditas han invertido millones de dólares en campañas educativas para difundir el Wahabismo; construyeron miles de mezquitas, imprimieron millones de ejemplares del Corán y lo distribuyeron gratuitamente y establecieron la Universidad de Al Madinah para que estudiantes becados de todo el mundo pudieran estudiar la religión y después regresar a sus países a enseñarlas. En Arabia Saudita convertirse en otra religión está penado con la muerte; es habitual que los lugares de culto de cristianos o de otras religiones sean sujetos de redadas de la policía para detener a los presentes.
Cabe destacar que el extremismo religioso de Arabia Saudita puede “ser más moderado y abierto”, de acuerdo a lo expresado por el príncipe heredero de esa nación, Mohamad bin Salmán, quien está llevando una amplia reforma económica y política; “estamos volviendo a lo que fuimos, un país del islam moderado que está abierto a todas las religiones”. Sus declaraciones chocan con la casta religiosa, muy influyente en Arabia Saudita, que mantiene al Wahabismo como su pilar religioso. A partir de este último han surgido algunos de los grupos extremistas sunníes más activos hoy día, como la organización terrorista Al Qaeda.
El príncipe no ha expresado si permitirá la construcción de iglesias, ahora prohibidas en Arabia Saudita. El proceso reformista se contempla a mediano plazo, los cristianos seguirán por lo pronto, vejados.
En Irak la situación de los cristianos ha sido verdaderamente dramática; los cristianos están considerados como una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo; de acuerdo a un informe reciente la Iraqui Rights Society, el 81 por ciento de los cristianos en Irak han desaparecido, en 2003 eran alrededor de 1.5 millones; asimismo, la organización de defensa de los derechos humanos, Hammuri, informa que en Bagdad, la capital de Irak, había 600 mil cristianos en el pasado reciente; hoy quedan 150 mil. Asimismo, numerosos templos y sitios cristianos han sido destruidos por los islamitas radicales; algunas comunidades de pequeños enclaves cristianos como Mosul “se han perdido para siempre”.
En Siria antes de que estallara la guerra civil en 2011, 10 por ciento de su población era cristiana, alrededor de 2.2 millones, en este país musulmanes han vivido junto con los cristianos durante siglos En los últimos siete años más de 40 por ciento de los cristianos abandonaron Siria, se fueron a Canadá, Australia y diversos países europeos. Se ignora cuántas personas de esta corriente son cristianos, así como cuántas de los 500 mil muertos en conflicto eran cristianos. Los cristianos que permanecen en el país están esperanzados que cuando termine la guerra la convivencia entre cristianos y musulmanes volverá a la armonía.
En Egipto los cristianos coptos son una de las comunidades más perseguidas del Medio Oriente; han sido el blanco preferido de los actos terroristas del EI. De acuerdo al informe de Libertad Religiosa de Ayuda a la Iglesia Necesitada, los cristianos de Egipto representan 4.95 por ciento de los 84 millones de egipcios. La mayor parte de los cristianos egipcios pertenecen a la Iglesia Copta Ortodoxa, aunque también existe una minoría católica. La Iglesia Copta nació en Egipto y tiene su principal centro en ese país; no obstante, existen alrededor de 65 millones de coptos repartidos en el mundo.
A pesar de su denominación, la Iglesia Copta Ortodoxa no pertenece a la Comunión Ortodoxa. Los coptos no reconocen al Patriarca Ecuménico de Constantinopla como primado. Aunque la mayoría de los coptos pertenecen a la Iglesia Copta Ortodoxa, también existe una minoría perteneciente a la Iglesia Católica Copta, en comunión con Roma, pero que sigue el rito copto.
Los ataques a los coptos se iniciaron en tiempos del presidente Gamal Abdel Nasser, años 50 y 60 del siglo pasado, que intentó borrar la historia de los coptos porque “eran una mancha” a la inmaculada visión del panarabismo y socialismo árabe que él promovió. Con la llegada del activismo islámico se reactivó la persecución de los coptos cercados por los musulmanes y los panabaristas.
Una situación particular es la de los cristianos en China que son perseguidos por las autoridades de manera que muchos de los fieles se reúnen en forma privada para evitar ser perseguidos; incluso las autoridades han demolido iglesias que alegan que se trata de inmuebles ilegales y envía pandillas para agredir a los fieles en las iglesias. El gobierno da respaldo a una red de iglesias oficiales bajo su estricto control y deben informar sobre sus ingresos, incluyendo las limosnas y la compra de equipos o remodelación del inmueble deben ser aprobados.
Las estimaciones sobre el número de cristianos en China oscilan entre 60y 93 millones; los registros de 1949, cuando se estableció el régimen comunista en ese país, consignaron de 3 a 4 millones. En los países vecinos como Vietnam también se persigue a los cristianos, quienes son considerados como ciudadanos de segunda.
La lista de países que persiguen a los cristianos es amplia y las mayores penurias que sufren derivan de organizaciones fundamentalistas o terroristas, algunas de ellas promovidas por gobiernos. Puertas Abiertas con el Observatorio de la Intolerancia y Discriminación, con sede en Viena, indican que grupos ciudadanos que promueven el laicismo excesivo en Europa han realizado actos violentos contra cristianos, como profanación de tumbas y vandalismo, principalmente en España, Francia y Alemania.
La violencia y la opresión hacia los cristianos tiene un impacto duradero en su vida, se consigue que las personas se aíslen paulatinamente y terminen por abandonar su fe.