El cerebro puede crear nuevas conexiones neuronales según explicó William James quien fue el primero en introducir el concepto de plasticidad en la Psicología y la Neurociencia en 1890 con la publicación de su libro «The Principles of Psychology», haciendo referencia a la capacidad del ser humano de experimentar cambios.
La palabra y concepto «plástico» deriva del griego «plastós» (plastos) que significa moldeado y se refiere a la capacidad del sistema nervioso para cambiar sus estructuras moleculares, su expresión genética, su comportamiento y su funcionamiento a lo largo de su vida, permitiendo a las neuronas regenerarse y formar nuevas conexiones sinápticas.
La plasticidad neuronal representa la facultad del cerebro para recuperarse y reestructurarse.
Dr Caroline Leaf explica en su libro “Switch on your brain” que no es el cerebro quien nos controla, sino que somos nosotros quienes controlamos a nuestro cerebro por medio de nuestros pensamientos y por medio de nuestras decisiones.
Dr Leaf también asegura que lo más poderoso en el universo después de Dios es indudablemente la mente humana, creada a imagen y semejanza de Dios mismo y al mismo tiempo menciona en su libro que recientes investigaciones han demostrado que el ADN cambia su forma de acuerdo a lo que pensamos y decidimos.
La forma como reaccionamos a los eventos y circunstancias de nuestra vida tienen un impacto enorme en nuestra salud física y mental y los pensamientos y sentimientos acerca de enojo, miedo y frustración causan cambios en la estructura del ADN
La forma como reaccionamos a los eventos y circunstancias de nuestra vida tienen un impacto enorme en nuestra salud física y mental.
Es nuestra forma de pensar la que cambia la naturaleza física del cerebro por lo tanto al redireccionar nuestros pensamientos podemos conectarnos con patrones tóxicos o bien reemplazarlos por pensamientos saludables.
La escritura en Romanos 12:2 nos pide que no nos conformemos a este siglo ( no somos víctimas de nuestra biología o de nuestras circunstancias ) sino que nos transformemos ( cambiar la forma de interpretar o de pensar redireccionando nuestro pensamiento) por medio de la renovación de nuestra mente(orar con fe la palabra)
La manera en que nosotros pensamos no únicamente afecta nuestro propio espíritu, alma y cuerpo sino también a la gente que está en derredor nuestro.
La ciencia y las escrituras han demostrado que los resultados de nuestras decisiones afectan hasta la tercera y cuarta generación Ex 34:7 y es la ciencia de epigenética quien explica cómo las señales incluyendo nuestros pensamientos afectan la actividad de nuestros genes.
La Epigenética reinterpreta conceptos conocidos y revela nuevos mecanismos mediante los cuales introduce la noción de que nuestras propias experiencias pueden marcar nuestro material genético de una forma hasta ahora desconocida, y que estas marcas pueden ser transmitidas a generaciones futuras. Hasta hoy se han podido discernir mecanismos epigenéticos en una gran variedad de procesos fisiológicos y patológicos que incluyen por ejemplo varios tipos de cáncer, patologías cardiovasculares, neurológicas, reproductivas e inmunes.
Las buenas noticias acerca de todo este contenido son que:
- La mente es lo más poderoso después de Dios en el universo entero
- Podemos renovar la mente, al ser guiados por el espíritu
- El cuerpo no controla la mente, la mente controla el cuerpo
- No somos víctimas de nuestra herencia biológica (enfermedades físicas y mentales hereditarias)
- No podemos controlar los eventos o circunstancias de nuestra vida, pero sí podemos controlar nuestras reacciones.
- Cuando pensamos, construimos pensamientos, y estos se convierten en sustancias químicas en nuestro cerebro Proverbios 23:7 “ Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” es decir SOMOS LO QUE PENSAMOS.
Recordemos 2 Timoteo 1:7 que nos confirma que el poder, el amor, la cordura y el dominio propio están en nuestro espíritu, en la parte más profunda de nuestro ser.
Nuestra actividad mental es decir los pensamientos conducidos por el poder de los sentimientos son los diseñadores del paisaje de nuestro cerebro, por lo que elegir y pensar con una mente renovada juega un papel central en llegar a ser la clase de hombres que Dios creó desde el principio de acuerdo a Génesis 1:27
Finalmente el proceso de pensamiento y elección (libre albedrío) es un don del Dios creador quien nos hizo a su imagen y semejanza, este don es dado a nosotros por lo que debemos atesorarlo y utilizarlo de forma apropiada.
Al conectar nuestra mente a nuestro espíritu, encendemos nuestro cerebro, cada vez que tenemos pensamientos positivos, como cosas justas, buenas, agradables y perfectas obtendremos la vida y la paz.
Mientras que pensar lo opuesto, al poner la mente en las cosas de la carne, como el miedo, la tristeza, el resentimiento, la ansiedad, la incredulidad; el resultado será enfermedad y muerte (Ro 8:6)
Descansemos por lo tanto en la certeza de que Dios nos ha empoderado para lograr todo aquello que creamos, y este poder tan maravillosos de la capacidad de nuestra mente es nuestro mayor don que nos capacita para vivir una vida que piensa, elige y crea realidades.