Una respuesta común en momentos trágicos en Estados Unidos —desde desastres naturales hasta tiroteos masivos— es ofrecer «pensamientos y oraciones». Los críticos argumentan que estos gestos carecen de sentido y pueden obstruir las reformas estructurales destinadas a mitigar las catástrofes.
Un estudio realizado por la Universidad de Wyoming mostró que la expresión «rezamos por ti» tiene valor para las personas dependiendo de sus creencias, así como del estatus de quien reza.
Una encuesta realizada como parte del estudio y encabezada por la economista estadounidense Linda Thunström confirma que las oraciones pueden tener un valor negativo. Los economistas entrevistaron a 436 residentes de Carolina del Norte, estado más afectado por el huracán Florence el año pasado. Les dieron 5 dólares (como un pago por el favor de participar) y les preguntaron qué suma (o ninguna) estaban dispuestos a donar para que un desconocido rezara por ellos o pensara en ellos en momentos difíciles. Las respuestas diferían mucho.
‘La lista de precios’ para los creyentes era la siguiente: el pensamiento de un cristiano, 3,27 dólares; la oración de un cristiano 4,36 dólares, y la oración de un sacerdote, 7,17 dólares (para calcular las cifras usaron un modelo estadístico). Por el contrario, la gente que se definía cono atea o agnóstica estaba dispuesta a pagar 1,66 dólares para que un cura no rezara, y estaba presta a duplicar la suma para que no rezara un cristiano común.
Las figuras públicas se enfrentan a mayores críticas por su lenguaje en torno a las tragedias. «Esto refleja el clima político en el que estamos», cita las palabras de Thunström The Guardian. «Algunas de estas personas pueden sentir que escuchan la frase «pensamientos y oraciones» todo el tiempo, y tal vez ello les provoque algo», sugiere.