Carta Pastoral del arzobispo ante el Día Diocesano de las personas con discapacidad, que se celebrará hoy, día 3 de diciembre
«En el puzle, lleno de colorido de nuestra sociedad, ocupan un relieve significativo. Su ausencia generaría la pérdida de una ayuda muy necesaria»
«Las personas discapacitadas son ese libro humano en el que tantas cosas, llenas del color de la vida, podemos aprender»
Archidiócesis de Santiago de Compostela
El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, acaba de hacer pública una Carta Pastoral con motivo de la celebración del Día diocesano de las personas con discapacidad. Monseñor Barrio indica que “las personas discapacitadas son sujetos activos de nuestra comunidad y hemos de acogerlos sin exclusión y escucharles sin olvidar que el Señor está en el corazón de cada uno. En el puzle, lleno de colorido de nuestra sociedad, ocupan un relieve significativo. Su ausencia generaría la pérdida de una ayuda muy necesaria. De ellos podemos aprender la aceptación de su condición, la alegría de vivir, la constancia en su espíritu de superación, la paciencia y la esperanza de una realidad mejor”. Y añade el arzobispo: “Las personas discapacitadas son ese libro humano en el que tantas cosas, llenas del color de la vida, podemos aprender. La familia donde se recibe la vida, los medios de comunicación y la Iglesia, portadora de verdadero humanismo, han de contribuir a que la sociedad ayude a estas personas para que puedan desarrollar todos sus dones”.
Coincidiendo con el inicio del tiempo de Adviento, y estando a las puertas del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que desde 1992 viene celebrándose cada 3 de diciembre en todo el mundo, la Comisión Diocesana de Pastoral con Personas con Discapacidad “Catequesis Dis-ferente”, ha preparado diversos materiales e iniciativas. La comisión se encuentra integrada por las Delegaciones de Pastoral de la Salud y de Catequesis.
«La familia donde se recibe la vida, los medios de comunicación y la Iglesia, portadora de verdadero humanismo, han de contribuir a que la sociedad ayude a estas personas para que puedan desarrollar todos sus dones»
En su carta pastoral, monseñor Barrio explica que “ignorar la dignidad de estas personas es contribuir a la desaparición de nuestra civilización impregnada por el cristianismo”. Señala, además, que “con frecuencia vemos a personas cuya única posibilidad de moverse se la proporcionan las sillas de ruedas. Nos encontramos con personas con un bastón blanco atravesando los pasos de cebra a nuestro lado. Otras veces percibimos junto a nosotros a personas con mirada sin pestañear perdida en la lejanía. Ante esta realidad ha de surgir el amor misericordioso de Dios Padre que ha de llevarnos no sólo a aceptar sino a integrar a estas personas en nuestra sociedad en el ámbito familiar, laboral y social”.
El arzobispo asegura, igualmente, que “el grado de salud física o mental no añade ni quita nada a la dignidad de la persona, más aún el sufrimiento puede darle derechos especiales en nuestra relación con ella” y que la ya cercana Navidad “es una ocasión providencial para redescubrir la ternura de Dios con nosotros y comprometernos a manifestarla con los demás”.