La Basílica de Santa Clara en Asís (Italia) custodia el Crucifijo que habló a San Francisco.
La iglesia fue construida después de la muerte de Santa Clara, entre 1257 y 1265, cerca de la antigua iglesia de San Jorge en donde estuvieron los restos mortales de San Francisco hasta 1230.
En aquel tiempo se construyó también el monasterio al que las clarisas se mudaron en 1260 desde San Damián, llevando diversas reliquias y también el Crucifijo que habló a San Francisco.
El Crucifijo es de estilo bizantino y se localizó inicialmente en la iglesia primitiva de San Jorge.
Actualmente, el Crucifijo se conserva en la capilla de San Jorge. El cristo de tal Crucifijo le habló a San Francisco y le pidió “reparar” la Iglesia.
Además, en la cripta de la iglesia se custodian los restos mortales de Santa Clara, la primera y más fiel discípula de San Francisco.
Detrás de la cripta están expuestas algunas importantes reliquias franciscanas, por ejemplo, algunas túnicas humildes usadas por San Francisco y Santa Clara, una blusa bordada de Santa Clara y algunos cabellos de Santa Clara cortados por San Francisco.
La fachada de la Basílica de Santa Clara está diseñada por piedra blanca y rosa del monte Subasio; la estructura interior es una sola nave, como la iglesia superior de San Francisco, que tiene un ábside poligonal.
En la nave hay dos capillas laterales con Santa Inés de Asís y San Jorge.
Además, del lado izquierdo se pueden observar ocho tablas de madera que muestran relatos de la vida de Santa Clara realizadas en 1238.
El convento de clausura de Santa Clara se localiza al lado hacia el valle con un claustro al que se puede acceder desde la antigua cripta de la iglesia de San Jorge.
Traducida y adaptada por Mercedes De La Torre. Publicada originalmente en ACI Stampa