Un sacerdote copto y algunos otros sobrevivientes compartieron una impactante historia de fe y coraje de los fieles asesinados durante el ataque que sufrieron el pasado 26 de mayo, a manos del Estado Islámico en Egipto, en el que murieron al menos 23 personas entre quienes había varios niños.
El grupo se dirigía ese día en caravana hacia el monasterio de San Samuel. El P. Rashed, un sacerdote copto que fue a visitar a los heridos el mismo día del atentado, contó a AFP que los terroristas detuvieron a los vehículos en la provincia egipcia de Menia e hicieron bajar a los pasajeros.
El sacerdote contó que los yihadistas pusieron a las personas de rodillas, les preguntaban si eran cristianos y los forzaban a renegar de su fe.
Sin embargo todos, incluso los niños, se negaron a hacerlo. Entonces los miembros del Estado Islámico les dispararon en la cabeza, en la boca o en la garganta.
La hermana de una de las víctimas -identificada como George- dijo que el joven se iba a casar en un mes y que se dirigía al monasterio para rezar y meditar.
Otro de los cristianos asesinados era un estudiante de 18 años que deseaba ingresar a la facultad de medicina y quería pedir a los monjes que rezaran por él.
El P. Rashed contó que en la caravana que se dirigía al monasterio de San Samuel viajaban obreros contratados para realizar unos trabajos y algunos fieles que deseaban pasar el día en el lugar.
Los sobrevivientes dijeron también a los medios locales que los terroristas les robaron objetos de valor como joyas.
El pasado sábado 27 de mayo se celebró una Misa en la Catedral de San Marcos, en la ciudad de Bani Mazar, provincia de Minia, ofrecida por los fieles asesinados.
Ese día, Hanan Fuad, una mujer que perdió a sus vecinos, dijo a AFP que una tragedia similar podría volver a suceder.
“No pasa un mes sin que maten a cristianos ¿Por qué los cristianos? porque dicen que somos una minoría, infieles», lamentó.
Tras el atentado del viernes 26, el P. Rafic Greiche, vocero de la Iglesia Católica en Egipto, aseguró a la agencia vaticana Fides que “los terroristas tienen como objetivo a largo plazo expulsar a los cristianos de Egipto como ocurrió en Irak, donde tan pronto como el Estado Islámico conquistó Mosul, lo primero que hizo fue expulsar a todos los cristianos”.
Este atentado contra los cristianos tuvo lugar un mes después de la visita del Papa Francisco a Egipto que pidió el cese de los actos de violencia y odio en nombre de Dios o de la religión.
Este domingo tras el rezo del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Santo Padre recordó a las víctimas de esta tragedia y expresó que “el Señor acoja en su paz a estos valientes testimonios, a estos mártires, y convierta los corazones de los violentos”.
El Pontífice también expresó su solidaridad y cercanía con el Patriarca de la Iglesia Copta Ortodoxa, Papa Tawadros y a todos los cristianos coptos.
Este no es el primer atentado perpetrado contra los cristianos en los últimos tres meses. En abril durante la celebración del Domingo de Ramos, el Estado Islámico realizó dos ataques contra dos iglesias coptas en Egipto.
Uno fue en la iglesia de San Jorge, ubicada cerca de El Cairo, y el otro en la iglesia de Morkoseya, en Alejandría. Las explosiones en ambos lugares dejaron un saldo de 40 muertos y cientos de heridos.