El estado de la humanidad desde la caída es de rebelión y de desobediencia. Jeremías 17:9 describe la condición interna del hombre: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?». Nuestro ser interior está tan dañado por el pecado que incluso no nos damos cuenta hasta qué punto el pecado nos ha contaminado. En nuestro estado natural, no buscamos a Dios, no amamos a Dios y no deseamos a Dios. Romanos 3:10-12 presenta claramente el estado de la persona natural, no regenerada: «Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios.
Es importante que como cristianos, aprendamos a mirar los tiempos, los sucesos, la política y los asuntos mundiales con discernimiento espiritual y no solamente con nuestros razonamientos y opiniones.
El Señor nos está despertando a través de estos sucesos., la tierra está gimiendo bajo el peso de la iniquidad y rebelión de sus habitantes. En el libro de Mateo 24:4 Jesús profetizó:
- Mirad que nadie os engañe.
- Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.
- Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
- Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
Cuando Dios nos habla acerca de la destrucción que viene, Dios mismo nos da una solución al respecto
- Debemos humillarnos
- Invocar su nombre
- Orar
- Buscar su rostro y
- Convertirnos de nuestros malos caminos
tal como lo menciona en 2da Crónicas 7:14
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y SANARÉ SU TIERRA.