Blufton es una pequeña ciudad en Carolina del Sur, donde ocurre algo que es representativo de lo que pasa en muchos lugares del Cinturón de la Biblia (Bible Belt), en los EE.UU. El ‘Bible Belt’ es una amplia zona en el sureste del país donde el cristianismo evangélico tiene amplio arraigo, lo que sin embargo no es dique para la crisis que están viviendo las iglesias cristianas no católicas. Metodistas, bautistas y luteranos luchan por mantener sus fieles. No así las parroquias católicas.
Por ejemplo, la feligresía de la iglesia San Gregorio en Bluffton, ha crecido 70 por ciento en los últimos diez años. «Las misas del domingo están llenas de gente que llega tarde, y va a los bancos o a la parte posterior de la iglesia. Doce Misas se llevan a cabo desde el viernes por la noche hasta el domingo, dos de las cuales son en español. Y se está trabajando en un nuevo centro de vida parroquial para eventos comunitarios», cuenta Kasia Kovacs.
Dos misas en español. El español. Por aquí va la explicación.
El fenómeno hispano es esencial en la vida de la Iglesia americana hoy por hoy.
Según estadísticas del 2016, 40 por ciento de los católicos en los EE.UU. eran hispanos. Pero si se considera la feligresía joven, el porcentaje aumenta. 50 por ciento de los católicos de 14 a 29 años son hispanos; y el 55 por ciento de los católicos menores de 14 años son hispanos.
Entretanto, se da un fenómeno curioso con muchos de los migrantes católicos del mundo en español que van a los EE.UU.: se vuelven más católicos, o mejor, más participantes de la vida de la Iglesia de lo que lo eran en sus países. Lo dice el párroco de San Gregorio, Mons. Ronald Cellini: los fieles a menudo son más activos en la vida de la Iglesia ahí, que lo que lo eran en México, Guatemala o Colombia. Y esa pertenencia a la Iglesia les ayuda a echar raíces, a sentirse en su hogar. «La comunidad hispana de Bluffton está aquí, no es una comunidad de inmigrantes», recalca Mons. Cellini. «Los niños crecen aquí. Han estado aquí, se quedan aquí». Y la Iglesia en Carolina del Sur es cada vez más consciente de la importancia de su feligresía hispana. Los seminaristas deben tener conocimientos avanzados de español antes de ordenarse.
Pero no es solo la Iglesia de Carolina del Sur, sino la de todo los EE.UU.
La Conferencia Episcopal americana ha programado para finales de septiembre el V Encuentro de líderes hispanos, que se desarrollará en Grapevine, Texas. Allí buscará conocer más y responder a las particulares necesidades pastorales de esta población.