El PCCh inventa nuevos pretextos para reprimir a las personas de fe. En la provincia de Zhejiang, los negocios de los creyentes se ven amenazados si los mismos desobedecen las órdenes del Gobierno.
El 28 de julio, la Iglesia de Huai’en, una iglesia protestante aprobada por el Estado emplazada en Longgang, una ciudad a nivel de condado administrada por la ciudad a nivel de prefectura de Wenzhou, en la provincia oriental de Zhejiang, retiró la cruz de su techo. Lo hicieron tras una prolongada presión de las autoridades locales. El 7 de julio también se derribaron las cruces de dos iglesias de las Tres Autonomías emplazadas en el condado de Yongjia de Wenzhou.
Esta es la segunda vez que la iglesia de Huai’en es despojada de su cruz. En el año 2014, en medio de una campaña provincial para demoler cruces, cientos de policías armados rodearon la iglesia para derribar su cruz. Tres años después, la congregación reinstaló el símbolo eliminado.
Un miembro de la congregación le dijo a Bitter Winter que debido a que el condado de Longgang fue convertido en una ciudad el 25 de septiembre del año pasado, funcionarios del Gobierno central y provincial planean efectuar la visita de primer aniversario este mes. “Debido a ello nos obligaron a demoler la cruz, los funcionarios amenazaron con clausurar la iglesia si desobedecíamos”, afirmó el creyente.
“Desde el pasado mes de septiembre, el Gobierno de la ciudad de Longgang repetidamente ejerció presión sobre la iglesia, exigiéndonos que elimináramos la cruz nosotros mismos”, explicó otro miembro de la iglesia. “Los funcionarios nos dijeron que el Gobierno no quiere demoler la cruz debido a la intensa presión procedente del exterior. No quieren meterse en problemas si las noticias sobre remociones forzosas son informadas en el extranjero, especialmente en medio de la pandemia. Debido a ello, el Gobierno utiliza diversos pretextos para presionar a los responsables de los lugares de culto a que derriben ellos mismos los símbolos religiosos”.
En Wenzhou, llamada «la Jerusalén de China» debido a una gran población de cristianos, numerosos empresarios que dirigen negocios allí son religiosos. A pesar de que el Partido Comunista Chino (PCCh) designa a todo el personal de las iglesias estatales, los empresarios acomodados de Wenzhou aún conservan cierta influencia en las comunidades religiosas: a menudo financian la construcción de lugares de culto, participan en la gestión de los lugares, a veces incluso se desempeñan como directores, y promueven su desarrollo utilizando contactos y finanzas. Pero con la intensificación de la represión religiosa, las autoridades comenzaron a utilizar sus negocios y empresas como excusa para presionarlos y manipularlos.
“Como los directores de la iglesia se negaron a quitar la cruz, el Gobierno recurrió a trucos sucios para atacarlos individualmente, tratando de arruinarlos”, continuó afirmando el creyente. «Dado que algunos directores de iglesias dirigen fábricas o empresas, los funcionarios amenazaron con multarlos o clausurar sus negocios o empresas luego de que las inspecciones de impuestos o producción hallaran ‘irregularidades’. El director de una iglesia se vio obligado a renunciar a la junta directiva de una empresa porque no quería implicar su negocio».
“El Gobierno dirigió sus ataques a toda la iglesia, presionándonos para que retiráramos la cruz”, comentó un tercer miembro de la iglesia. «No podemos hacer nada al respecto, ya que no tenemos poder para contraatacar».
Un anciano creyente agregó que el Partido Comunista no quiere que las cruces sean visibles por razones ideológicas. «Debido a que el cristianismo llegó a China desde el extranjero, temen que represente una amenaza para su régimen, y por eso demuestran su poder», afirmó. “Las iglesias siempre han sido perseguidas en China. Ni siquiera las iglesias de las Tres Autonomías pueden escapar de la persecución”.