El Centro Católico Multimedia publicó los datos más recientes sobre los decesos de clérigos y monjas en México a raíz de la pandemia que este 2022 llega a su segundo año.
El 22o Reporte, que abarca del 15 de septiembre de 2021 al 14 de enero de 2022, se emite en un periodo al que se ha llamado “la cuarta ola”. La variante ómicron del covid-19 incrementó los contagios de forma exponencial rompiendo los récords diarios mismos que rebasaron los 40 mil casos diarios a la segunda semana de enero.
De acuerdo con las autoridades de la Organización Mundial de la Salud, la variante ómicron estaría infectando a la mitad de la población europea. El director del organismo mencionó que ómicron causa un “tsunami” a nivel global y “los hospitales están saturados y con falta de personal, lo que se traduce en muertes evitables no sólo por COVID-19 sino por otras enfermedades y lesiones en las que los pacientes no pueden recibir la atención oportuna”. Por otra parte, la OMS ha confirmado que las vacunas de “primera generación no detienen todas las infecciones y transmisiones, pero aun son muy eficaces para reducir hospitalizaciones y las muertes por este virus”.
Según el CCM, en México las cosas no parecen tomarse con la debida dimensión. “Prácticamente el semáforo epidemiológico es puro adorno de colores. En diciembre de 2021, la variante ómicron se contaba en tan sólo unas personas; para enero de 2022 eran miles los diagnosticados afectando especialmente a quienes están en edad productiva”, refieren. Sin embargo, apenas si el semáforo se ha movido en algunos estados mientras que en la capital del país, la rápida transmisión del virus fue tomada a la ligera, restándole importancia por no haber incremento alguno en las hospitalizaciones ni elevada mortandad. Al 13 de enero de 2022, el número de fallecimientos por covid-19 en México era de 300 mil 912.
El alza de contagios por la variante ómicron propuso la observación de medidas sanitarias en los templos y comunidades católicas. Si bien no con la misma dureza como cuando las olas previas, la vacunación de una parte de la población fue efectiva para lograr la confianza en la congregación de personas.
Por cuanto toca al clero mexicano, este informe revela que se llega a la fatídica cifra de 294 obispos, sacerdotes, diáconos y religiosas que han perdido la vida a causa de la enfermedad del covid-19.
El desglosado más concreto de muertes es este:
7 obispos
264 religiosos y sacerdotes
13 diáconos permanentes
10 religiosas
El seguimiento de las víctimas podría tener una cifra superior a los reportados en este documento. Aunque la vacunación universal ha servido para mitigar el número de decesos, es probable que haya clérigos y religiosas de los cuales no se conozca que la causa de la muerte fue el covid-19.
En la arquidiócesis de Guadalajara, por ejemplo, el cardenal José Francisco Robles Ortega afirmó el 9 de enero que eran treinta los sacerdotes fallecidos por el virus. En este reporte sólo se conocen 28 lo que en consecuencia aumentaría el número total.
Otro sub registro es el de las religiosas y consagradas. Lamentablemente se desconoce el impacto real de la pandemia en las casas y conventos de la vida religiosa femenina. No hay censos específicos ni datos fehacientes que permitan conocer cuántas religiosas han muerto en la pandemia o cómo han sido atendidas por las secuelas del covid-19.
En este sentido, una laguna es la ausencia de registros nacionales oficiales al nivel de la Conferencia del Episcopado Mexicano sobre el número de sacerdotes y agentes de pastoral fallecidos por cada diócesis del país.
El asunto no es menor, se trata de una pandemia en la que es importante conocer datos que llevarían a un diagnóstico sobre la salud de sacerdotes y religiosas y las posibles acciones a adoptar para mejorar los sistemas de seguridad, del cuidado en los presbiterios y particularmente sobre la condición de las mujeres consagradas quienes son las principal fuerza del trabajo de evangelización, según el CCM, y ayuda a los obispos al ser cercanas al cuidado de los prelados en cuanto a la atención de las casas episcopales, por ejemplo.
En cuanto al culto público, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexica-no, Mons. Rogelio Cabrera llamó a reforzar los protocolos y medidas preventivas y atender las indicaciones de las autoridades de salud: “El incremento de contagios en el Estado es alarmante, por lo que hago un llamado a la solidaridad y al cuidado de todos, especialmente de los adultos mayores y de los niños, así como de los enfermos que están bajo nuestro cuidado en casa o en centros de salud… Invito a todos para que estemos atentos al llamado de las autoridades y no permitamos que se relajen las medidas que deben tomarse”. Así, por ejemplo, el aforo a templos de la arquidiócesis de Monterrey se mantuvo en un 50 por ciento
En otras diócesis, las actividades y visitas pastorales fueron suspendidas como pasó en la de Tlaxcala cuando el obispo Julio César Salcedo Aquino suspendió actividades en parroquias como un ejercicio responsable e impedir la propagación de la variante ómicron.
El obispo de la diócesis de San Juan de los Lagos y tesorero de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe, anunció desde finales de diciembre el cierre de la Catedral-Basílica de San Juan de los Lagos, para impedir las peregrinaciones a una de las devociones más importantes de México, quizá la mayor después de las celebraciones de la Virgen de Guadalupe. El santuario, por disposición oficial, está cerrado durante el periodo comprendido entre 31 de enero y el 2 de febrero, fiesta de la Candelaria y de la Virgen de San Juan de los Lagos.
En cuanto a los casos de contagios en el episcopado nacional, a enero de 2022 padecieron la enfermedad los siguientes prelados:
• Cardenal Felipe Arizmendi Esquivel
• Mons. Onésimo Cepeda Silva
• Mons. Adolfo Miguel Castaño Contreras
• Mons. Eugenio Lira Rugarcía
• Mons. Francisco González Ramos
• Mons. Fidencio López Plaza
• Mons. Roberto Yenny García
• Mons. José Isidro Guerrero Macías
Durante la pandemia, el episcopado mexicano ha perdido siete obispos, cuatro eméritos, un auxiliar y dos en ejercicio del gobierno pastoral. Hasta el 14 de enero de 2022 eran 38 casos en el episcopado nacional quienes padecieron la enfermedad, siete fallecieron. El dossier del informe puede consultarse en este enlace.