Es una lástima dejar que los miedos impidan disfrutar las oportunidades que la vida presenta.
Sentir miedo por inseguridades, peligros reales, imaginarios o potenciales impide vivir plenamente. Es importante aprender a controlar los temores porque si no, estos terminan por controlar la mente y finalmente paralizan a la persona que los siente quitándole el valor para que pueda atreverse a vivir.
El miedo es como un intruso que se mete en la mente y se va apoderando de la persona hasta llegarla a paralizar. Este comportamiento, desequilibra emocionalmente, además de ser mal consejero. A pesar de que se le puede reconocer y hasta describir como un absurdo irreal, lo cierto es que cuando uno siente miedo, es difícil dejarlo ir. Por el contrario, el miedo crece a medida que la persona se aferra sus creencias, por lo que lo nutrimos y reforzamos y así… tristemente el miedo crece y las oportunidades se desvanecen.
¡Cuánto más podríamos hacer y cuánto más rica sería nuestra vida si no estuviéramos limitados por el miedo!
La mejor manera de manejar el miedo es aceptándolo y enfrentándolo. Esto nos ayuda a crecer, destruye barreras y hace más fuertes para enfrentar otros temores o dificultades. El miedo, si bien es una emoción que produce malestar, es mucho más manejable cuando es causado por algo concreto. Así, al estar consciente de éste, se puede luchar contra él. Por eso, al tener miedo hay que contar con la valentía de reconocerlo (sólo los cobardes lo niegan).
Los miedos pueden ser los mejores maestros que cuando se vencen, reafirman los valores personales y regalan la libertad para vivir en plenitud.
El miedo tiene un aspecto positivo, este pone en estado de alerta a la persona, le despierta todos sus sentidos y además desarrolla destrezas que de alguna otra manera no se saldría de la zona de confort.
Es importante aprender a luchar contra los miedos ya que de lo contrario los miedos se apoderan de uno mismo y entonces paralizan e impiden vivir la vida.
Cuando se deja de pelear con los miedos, y se les acepta es más fácil enfrentarlos y por supuesto superarlos. Cuando esto sucede, la autoestima se fortalece y el carácter refuerza.
En realidad todos tenemos la facultad para sobreponernos a los miedos, enfrentarlos y aprender la lección que estos nos traen.
Los miedos más comunes son a la muerte, a las enfermedades, a los accidentes y los desastres naturales, a quedarse sin dinero, a la soledad, al cambio, a la crítica, también uno de los grandes miedos es al hablar en público, al rechazo, y por supuesto el miedo al fracaso.
Muchos miedos son auténticos ya que existen situaciones reales que los generan, si algún pariente se ha muerto por una enfermedad terminal, si pierdes tu trabajo etc. Pero también hay muchos miedos que son creados por creencias irracionales, o por no querer salir de lo conocido y lo seguro.
Es importante aceptar las oportunidades que da la vida. Confiar en uno mismo, enfrentar las situaciones y sobre todo atreverse a vivir, aun con miedos. Utilizándolos como un motor que impulsa al crecimiento.
La Receta
Superando mis miedos, creyendo en mí
Ingredientes:
- 3 cucharitas de aceptación- reconocer el miedo que se siente
- 1 sobre de valor- fortaleza para poder enfrentar la situación
- 1 taza de actitud positiva – visualizar los logros y los aprendizajes por obtenerse
- 2 cucharadas de determinación – actuar con seguridad y confianza
- 1 pizca de gratitud – agradecer las oportunidades que forjan el crecimiento y la superación
Recomendación del chef
Los miedos son tan grandes o tan pequeños como tu mente lo permita. Si tú te impones creses y te liberas de ellos si tú te dejas ellos te comen y te hacen cada vez menos capaz.
Cómo se puede creer más en uno mismo:
- Nutre tu autoestima diariamente, utiliza tu energía para realizar todo lo que necesitas. Cuando se descubre el propio potencial y se deja de hacer justificaciones se crea una clara visón de las limitaciones y de las aspiraciones posibles. No hay fuerza u obstáculo que te impida luchar contra tus miedos.
- La aceptación de los errores y las debilidades libera los miedos que paralizan las acciones. Para diluir los sentimientos de inseguridad y los temores es necesario aceptar que nadie es perfecto. La perspectiva adecuada dan tranquilidad y fuerza para trabajar sobre las propias debilidades.
- Reconocer la responsabilidad de las elecciones mejora el bienestar y la satisfacción individual. Cada quien es dueño de su destino, las acciones apropiadas llevan a la libertad y fortalecen el carácter.
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