Un amplio e impresionante camino de 2.000 años de antigüedad que data del período romano, en un extraordinario estado de conservación, fue revelado el pasado mes de febrero en excavaciones arqueológicas de la Autoridad de Antigüedades de Israel cerca de la autopista 375.
La excavación se llevó a cabo antes de establecer un oleoducto a Jerusalem, por iniciativa de la corporación “Mei Shemesh”. Los estudiantes de “Ulpanat Amit Noga” en Ramat Bet Shemesh se ofrecieron para participar en la excavación.
Irina Zilberbod, directora de la excavación en nombre de la Autoridad de Antigüedades de Israel, expresó: “El camino que descubrimos, que hace 2.000 años pasaba por una ruta similar a la carretera 375 de hoy, tenía hasta 6 metros de ancho, continuó por una distancia de aproxima-damente 1,5 kilómetros y, aparentemente, estaba destinado a vincular el asentamiento romano que existía en las cercanías de Beit Natif con la carretera principal conocida como la ‘Carretera del Emperador’”.
Además, se descubrieron monedas entre las piedras del pavimento: una moneda del año 2 de la Gran Revuelta (67 d.C.), una moneda del período omeya, una moneda del prefecto de Judea, Poncio Pilato, que data de 29 d.C. y una moneda de Agripa I, del año 41 d.C. que fue acuñada en Jerusalem.
Hasta hace 2.000 años la mayoría de los caminos del país eran senderos improvisados. Sin embargo, durante el período romano, como resultado de campañas militares y otras, la red vial nacional e internacional comenzó a desarrollarse de una manera sin precedentes. El gobierno romano era muy consciente de la importancia de los caminos para el buen funcionamiento del imperio. Desde las carreteras principales, como el “Camino del Emperador”, había rutas secun- darias que conducían a los asentamientos donde se cultivaban todos los productos agrícolas. El grano, el aceite y el vino, que constituían la principal base alimentaria de la época, eran transpo-rtados a lo largo de las rutas secundarias desde los pueblos circundantes y luego por las carre- teras principales hasta los grandes mercados de Israel e incluso en el extranjero.
“Estoy luchando por lo que creo… y estoy dispuesto a morir por ello”