El Día del Trabajo es una buena fecha para recordar a San José, padre adoptivo de nuestro señor Jesucristo, sobre todo por su faceta como carpintero. Nuestro santo compartió este oficio con Jesús.
José y Jesús fueron carpinteros, pero algo más que eso: fueron artistas que sirvieron con su trabajo a una población mucho más amplia que la de Nazareth. Con ese oficio se santificaron y santificaron también al trabajo como actividad que honra la vida.
San José obrero, el carpintero de Nazareth, proveyó con su laboriosidad la subsistencia de María y de Jesús. Además, inició al hijo de Dios en los trabajos de los hombres. Por esta razón, en la celebración del Día del Trabajo los obreros cristianos honran a San José como modelo y patrono suyo.