De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS)1, una cuarta parte de los adultos en el mundo manifiestan haber sufrido maltratos físicos en la infancia mientras que una de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en su niñez.

Diariamente, a nuestro alrededor y a través de los medios de comunicación, somos testigos de historias de malos tratos ejercidos por adultos hacia menores con consecuencias realmente dañinas   tanto para quien los comente como para quien los padece.

Por el contrario, poco se habla o se sabe sobre los buenos tratos que favorecen el sano desarrollo de niños y niñas, vistos como una alternativa para establecer relaciones armónicas de convivencia.

Los buenos tratos se enfocan en el reconocimiento de los otros como personas, tomando en cuenta sus opiniones y puntos de vista; los buenos tratos fortalecen las relaciones afectivas y mejoran la convivencia cotidiana, de manera tal que contribuyen a disminuir los episodios de maltrato y reducen el riesgo de abuso sexual en la infancia.

Para ejercer buenos tratos con los niñas y niños es importante que los adultos revisemos el lenguaje que utilizamos con ellos y ellas. Cuando decimos “eres un torpe”, “no haces nada bien”, él o ella creerá que lo es, así se sentirá y actuará.

Por el contrario, si le decimos “me siento orgulloso de ti”, “hiciste tu mejor esfuerzo”, él o ella se sabrá reconocido y apreciado, su comportamiento tenderá a manifestarse en este sentido.

A continuación, te brindamos algunas estrategias para poner en práctica el buen trato:

  • Establece y mantén una relación de confianza mediante una buena comunicación donde escuches atentamente los puntos de vista de niños y niñas
  • Trata con respeto a los menores, ellos tienen conocimientos y habilidades acordes a su edad y desarrollo.
  • Bríndales la confianza y libertad de elegir por sí mismos.
  • Respeta su espacio corporal. Cuando un niño o niña no quiera ser tocado, besado, abrazado o acariciado, respétalo y deja de hacerlo; de igual forma apóyalo cuando exprese que no quiere que lo haga alguien más.
  • Satisface sus necesidades afectivas, muéstrate cariñoso, abrázalo, regálale sonrisas, interésate por sus actividades e involúcrate en sus juegos y pasatiempos.
  • Enseña con el ejemplo. Sirve de poco decir lo que es o no correcto si no lo ponemos en práctica. Lo que esperas que tu hijo o hija haga, lo asumirá como propio si lo ve aplicado a las acciones de tu vida diaria.

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1 Consultado en noviembre de 2016 del sitio: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs150/es

 

Acerca de Guardianes: Nacimos en 2001, y desde entonces, acercamos herramientas psicológicas, emocionales y cognitivas que preparan a niños y niñas, padres y madres de familia, cuidadores y docentes para prevenir el maltrato y abuso sexual infantil en México.