“El agradecimiento es la memoria del corazón.” -Lao Tse-
Ser agradecidos es más que una norma de cortesía. El agradecimiento es una forma de cruzar fronteras para llegar a un plano más emocional, personal e incluso espiritual.
¿Por qué no agradecer a la vida por formar parte de ella?
Es importante valorar las cosas más sencillas de nuestra vida, agradezcamos por la brisa fresca que nos alivia en verano, agradezcamos por tener una familia, hasta por esa mascota que nos dedica un amor fiel y desinteresado.
Pocos valores son tan poderosos como reconocer a nuestros semejantes mediante la gratitud. Es una forma universal de conocimiento y de unión, de unir vínculos. “Yo te reconozco a ti por lo que eres, por tus virtudes, por tu forma de ser, y te doy las gracias por formar parte de mi vida enriqueciéndola con tu presencia”.
Demos gracias a la vida por lo que somos y por lo que no somos, por lo que tenemos y por lo que no tenemos, por haber nacido donde hemos nacido. Por todo lo que aprendemos y por todo lo que no entendemos. Por sentir, por recordar, por olvidar, por amar, por ser amados, por estar vivos.
Lo que la neurociencia nos enseña
La gratitud es asombrosa… pero ¿en verdad tiene un impacto en el cerebro a nivel biológico? Sí. ¿Sabes qué es lo que hace el antidepresivo Weelbutrin? Estimula el neurotransmisor dopamina. Lo mismo que hace la gratitud. Los beneficios de la gratitud comienzan con el sistema dopamínico ya que sentirse agradecido activa las regiones en cerebro que producen la dopamina. Adicionalmente, la gratitud hacia otros incrementa la actividad en los circuitos sociales de dopamina, lo que hace que las interacciones sociales sean más disfrutables… ¿Sabes lo que hace el Prozac? Estimula al neurotransmisor serotonina. Lo mismo que hace la gratitud. Un efecto poderoso de la gratitud es que puede estimular la producción de serotonina. Tratar de pensar en cosas por las que sentimos gratitud incrementa la producción de serotonina . Lo sé, a veces la vida es como un golpe duro en el estómago y se siente como no hubiera nada que agradecer. Pues ¿adivina qué? La gratitud esto es una forma de inteligencia emocional.
A mayor inteligencia emocional, se requiere menos esfuerzo para experimentar agradecimiento. Y la gratitud no sólo hace a tu cerebro feliz,
Resumen aquí está lo que la neurociencia dice que te hará una persona feliz:
Pregúntate “¿De qué siento gratitud?” No tienes respuestas, no importa. Sólo buscar por una, puedes empezar por cosa sencillas.
Pocos valores son tan poderosos como reconocer a nuestros semejantes mediante la gratitud. Es una forma universal de conocimiento y de unión, de unir vínculos. “Yo te reconozco a ti por lo que eres, por tus virtudes, por tu forma de ser, y te doy las gracias por formar parte de mi vida enriqueciéndola con tu presencia”.
Abrazos, abrazos, abrazos. No en mensajes – toca a las personas. ¿Cuál es la forma más simple de comenzar con este espiral de felicidad? Sólo mándale a un correo de agradecimiento a alguien. Si te incomoda hacerlo, le puedes adjuntar este texto para explicarle por qué lo haces. Esto en verdad puede comenzar un espiral ascendente de felicidad en tu vida, de acuerdo a los que Alex Korb, neurocientífico de la UCLA explica:
Todo está interconectado. La gratitud mejora el sueño. El sueño reduce el dolor. La reducción del dolor mejora tu estado de ánimo. La mejora en estado de ánimo reduce la ansiedad, lo que mejora tus habilidades de planeación y concentración. La concentración y la planeación ayudan con el proceso de toma de decisiones. Tomar decisiones reduce la ansiedad y mejora el gozo. El gozo te da más para experimentar agradecimiento, lo que continúa el bucle del espiral ascendente. El gozo también hace que sea más probable que te ejercites, seas sociable, lo que te hará más feliz.
Colosenses 3:15
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.