En Levítico 20:7  leemos  “ Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios”

En este versículo podemos apreciar que Dios se define  a sí mismo como Kadosh  que significa “Santo” y pide a su pueblo que se haga Kadash es decir que se consagre, que se aparte y que se santifique.

Ser santo no significa ser perfecto,  simplemente significa ser apartado, separado de lo común y significa tener un propósito especial.

Dios aparta un pueblo escogido que sea santo para Dios,

Éxodo 31:12 Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.

Levanta un pueblo propio,

1a. Pedro 1:15-16  sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Y hace de sus hijos verdaderos sacerdotes,

1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, REAL SACERDOCIO, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

El propósito principal de ser separado, es anunciar las virtudes de Aquel que nos llamó, pero esta responsabilidad no se trata únicamente de exhortación con palabras,  sino de exhibir las virtudes y logros del señor en nuestra vida.

Debemos proclamar a Aquel que  nos trasladó de las tinieblas a la luz y que hizo una “separación”

Sabemos que Dios es luz por tanto ausencia de Dios en nuestras vidas son tinieblas.

 Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo Soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

La luz es necesaria para alumbrarnos, para distinguir el camino porque el cual podemos andar seguros, para no desviarnos o perdernos.

Hay cientos de situaciones en nuestra vida en las que nos hayamos confundidos y no sabemos que decisiones  tomar, o si estas son las correctas, necesitamos la luz, la lámpara que nos alumbra, infinidad de ocasiones hemos seguido el consejo de amigos, de  familiares, de  expertos,  de psicólogos o lo que está de moda “coaches de vida” que aunque no dudo  que sus credenciales e intenciones sean muy buenas,  no necesariamente hemos obtenido  los mejores resultados.

Existe también un peligro aun mayor, el de ser nosotros mismos, nuestros propios consejeros, ya que desafortunadamente frecuentemente somos engañados por nuestros deseos egoístas, intereses ocultos o ambiciones personales.

Las malas o buenas decisiones siempre traerán consecuencias,  y habremos de vivir enfrentando los resultados de ellas.

Sin embargo es maravilloso poder confiar en Dios como la luz que nos guía, no sigamos a hombres ciegos,  guías de otros ciegos.

Acerquémonos  al Señor  a nuestro Makaddesh “al Santo” que nos aparta de las tinieblas, permitamos que él dirija nuestra  vida, recordemos que él,  prometió  guiar a los ciegos por camino que no sabían, y hacerles andar por un camino que no conocían,  prometió a su vez  cambiar las tinieblas en luz y lo escabroso en llanura y no desampararnos .(Is 42:16)

Que maravillosa promesa es esta de poder andar en luz,  pidamos a  Dios  Él sea nuestra lámpara y que alumbre nuestras tinieblas” (2da Samuel 22:29)

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Nació en Parral, Chihuahua, México. Casada con Luis Ortega Madrid, es madre de tres hijas, Mirka, Aimee y Paola. Administra su propio negocio en la ciudad de San Diego Ca., ciudad donde radica. “Empecé esta maravillosa carrera de amar y servir al señor Jesucristo hace 38 años y ha sido durante este periodo de tiempo que Él ha enriquecido mi vida espiritual, la de mi familia y la de mis amigos, he recibido diversas capacitaciones y entrenamientos en denominaciones pentecostales, asambleas De Dios y en la iglesia local en Anaheim, Ca.”