El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López, advirtió no debe haber tolerancia a los casos de pederastia, como los observados en la congregación de Los Legionarios de Cristo, y llamó a que no prescriba ese delito.
Reconoció que en la atención a las víctimas de abuso por parte de clérigos no basta con atender jurídicamente el caso y castigar al culpable.
El prelado advirtió que tampoco basta con que la Iglesia Católica a través de un proceso canónico los expulse de la orden clerical, ni que la autoridad dé el castigo proporcional a su falta.
“Hay muchos asuntos que las víctimas esperan de esta situación (…), la primera es la reparación del daño ( …) físico, psicológico y espiritual de la víctima y a la comunidad de fieles”, aseveró en conferencia de prensa.
Detalló que ello implicaría estar atentos a la atención médica y terapéutica por un profesional, así como al acompañamiento espiritual y las indemnizaciones materiales. Sin embargo, reconoció que nunca será suficiente lo que se haga para reparar el daño de esos terribles abusos a infantes.
Pidió a las autoridades competentes que no prescriba el delito que actualmente es de 10 años, lo que es injusto porque es un mal que perdura a lo largo de la vida de la víctima.
Explicó que en el caso de la Iglesia se establecieron 20 años para la prescripción después de que la víctima haya cumplido 18 años, pero se ha agregado una cláusula que hace que en la práctica ese delito nunca prescriba.
Advirtió que debe ser primero la víctima y no el victimario; ofrecer todo el apoyo espiritual, humano y legal, “no debe haber tolerancia en caso de abusos”.
Además, dijo, los procesos deben ser inmediatos, claros y expeditos porque los grandes errores que se han cometido son por la tardanza en enfrentar esos problemas, algunos con décadas de distancia, donde a veces resulta complicado seguir el hilo conductor y descubrir al culpable, así como aquellos que encubrieron.
Pidió a los padres o tutores presentar la denuncias pronto a la autoridad civil y a la institución religiosa.
Afirmó que deben colaborar de todas las formas posibles con la autoridad civil para que se llegue a la verdad y advirtió que ya no hay secreto pontificio. “Hemos aprendido y queremos seguir por esta ruta, ser transparentes ante la sociedad y la opinión pública”, subrayó.
Añadió que tampoco se puede cambiar a sacerdotes que incurrieron en violaciones de un lugar a otro.