“Las monjas católicas siempre han trabajado siempre para mejorar y extender el acceso a la atención médica básica para los más vulnerables de las comunidades. Ahora nos gustaría utilizar nuestra amplia red de distribución en todo el país, nuestra participación directa en el sector de la salud y la proximidad a la población para difundir información sobre COVID-19 a las comunidades a las que servimos y animar a todo el mundo a que se vacune”, explica la hermana Pasilisa Namikoye, religiosa de las Hermanitas de San Francisco (LSOSF) y Secretaria ejecutiva de la AOSK (Association of Sisterhoods in Kenya). Las religiosas han diseñado un programa con una duración de seis meses para concienciar y prevenir sobre el coronavirus. La campaña está promovida por los institutos de mujeres y órdenes religiosas que operan en Kenia y se centra en actividades de sensibilización sobre la importancia de la vacunación con el objetivo de complementar el trabajo del gobierno para conseguir que Kenia sea “un país libre de COVID-19”.

La hermana Namikoye destaca que la asociación “aplaude los esfuerzos del Ministerio de Sanidad en la respuesta al coronavirus y reconoce que, para derrotar la pandemia, el sector público debe contar con el apoyo del sector privado en iniciativas como la concienciación sobre campaña de vacunación contra la COVID-19, la distribución de medicamentos esenciales y dispositivos de protección y hacer que las personas adopten comportamientos para prevenir el contagio”.

La asociación tiene la intención de ayudar a 80 centros sanitarios de todo el país gestionados por religiosas. Llevarán a cabo programas de sensibilización comunitaria sobre el coronavirus y proporcionarán suministros tales como equipos de protección personal, pruebas para detectar el coronavirus, guantes quirúrgicos, mascarillas quirúrgicas, termómetros, pulsioxímetros y bombonas de oxígeno.

Hay alrededor de 1.500 trabajadores de la salud en primera línea, incluidas muchas religiosas católicas. Unos cinco millones de personas se beneficiarán de esta iniciativa.

Los centros sanitarios gestionados por religiosas en las diócesis de Kenia son principalmente de nivel uno y dos que se ocupan principalmente de los pobres y vulnerables, lo que les da a las monjas “la ventaja de hacer llegar a muchas personas los mensajes de prevención y la importancia de la vacunación contra el coronavirus”. Según la AOSK, las religiosas son parte fundamental de los centros sanitarios católicos de Kenia que son 65 hospitales, 90 centros de salud y 300 dispensarios con un total de más de 5.800 trabajadores de la salud, de los cuales más de 300 están dirigidos por religiosas mientras que el resto es de gestión diocesano/parroquial”.