Por segundo año consecutivo y debido a la pandemia, la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba que también es venerada en las tradiciones afrocubanas, se quedó este miércoles sin procesión aunque muchos asistieron a rendirle tributo.
“Pedimos salud para todos los cubanos y que salgamos para adelante”, dijo a The Associated Press la joven Anarelys Moya, de 27 años y quien visitó a la parroquia dedicada a la santa en el municipio de Centro Habana. “Hay muchos muertos y vemos que esto no tiene fin. Salud, salud, salud… es lo que más necesitamos”.
Moya, como miles de personas, acudió vestida de amarillo y con un enorme ramo de girasoles, lo que, en términos de la Santería —la religión afrocubana por excelencia— la muestra como hija o seguidora de Ochún, quien además es la patrona de los ríos, las mujeres hermosas y la fertilidad.
La iglesia dispuso dos espacios grandes, uno para aquellos que sólo entregarían una ofrenda en la parte delantera y otro para los católicos que asistían a las misas, que se sucedieron cada dos horas con distanciamiento social, constató la AP.
Los expertos cubanos estiman que sobre un 70% de la población en la isla tiene algún tipo de práctica religiosa de raíz afrocubana, un sincretismo que se desarrolló a partir de los cultos de los españoles y los esclavos traídos de África.
“El año pasado la celebración de la Virgen de la Caridad fue notoriamente discreta. Lo único que pudimos hacer fue colocar una imagen en el portal del templo. Estábamos en ese momento al comienzo de la pandemia y lejos de una vacuna o de un remedio al mal”, recordó en declaraciones a AP el sacerdote Ariel Suárez, rector de la parroquia.
“En este momento el mundo encuentra como luces de esperanza”, agregó Suárez, para quien, aunque no se salga en procesión, la santa se lleva “en el corazón”. “Todos necesitamos el encuentro (espiritual), sentir que estamos juntos, como nación… Los cubanos de cualquier condición, de cualquier pensamiento, de cualquier manera de concebir el mundo”.
Suárez recortó que este mismo miércoles en el Vaticano, el papa Francisco hizo una oración por Cuba.
La víspera, además, los cubanos también rindieron homenaje a la Virgen de Regla –una imagen negra cuyo santuario se encuentra enclavado en un antiguo pueblo al otro lado de la Bahía de La Habana– y que para la Santería equivale al popular orisha –o deidad– de Yemayá, señora de los mares y los pescadores.
Muchas personas asistieron a esa parroquia y otros directamente entregaron sus ofrendas –flores o incluso pasteles decorados de merengues azul y blanco– en las costas y hasta en el Malecón habanero, pese a que las normas dispuestas por el gobierno impiden que se haga estancia en esa costanera.
Cuba vive un rebrote de los contagios de COVID-19, que disminuyó levemente la semana pasada, pero no pudo bajar de los 6,000 nuevos casos diarios. Este miércoles el director de Epidemiología, Francisco Durán, informó que la isla acumula 712.992 infecciones y 5.967 muertes.
Cuba desarrolla una campaña masiva de vacunación con sus propios productos, Soberana 02, Soberana Plus y Abdala, incluyendo a los jóvenes y que en los días venideros llegará a los niños pequeños.