A la Península Ibérica llegaron en la primera mitad del siglo XII, interesados por la defensa de los cristianos frente a los musulmanes. Tuvieron pues su papel en la mal llamada Reconquista, especialmente en el siglo XIII. De su presencia dan testimonio los castillos y ermitas templarias, cerca de dos decenas en España.
Nos hemos fijado en sus castillos. De los que fueron tal vez estos tres sean hoy los más impresionantes.
Castillo de Monzón (Huesca)
De origen árabe, tras su conquista por los reyes aragoneses fue donada a la Orden del Temple en 1143. Sus monjes-soldado la transformaron en un convento, con edificios de estilo militar cisterciense. Se trata de un recinto (amurallado después, siglos XVII-XVIII) que encierra las cinco construcciones propiamente templarias (las del siglo XII).
La Torre del Homenaje es una antigua torre árabe habilitada como residencia del comendador. Junto a ella se encuentra la capilla románica. Entre sus dependencias está la sala capitular-refectorio (amplio, desnudo y con un aljibe), los dormitorios (en un edificio de dos plantas y sótano) y la Torre de Jaime I (aquí recibió su primera educación el futuro rey de Aragón).
Castillo de Ponferrada (León)
Capital de la comarca del Bierzo, Ppnferrada constituye una de las etapas principales del Camino de Santiago a su paso por la provincia de León. El casco histórico de esta localidad se extiende a los pies de un imponente castillo. A principios del siglo XII, los templarios toman posesión de la fortaleza reforzándola y ampliándola para servir como palacio habitable y como protección, al paso de los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela.
El edificio tiene planta cuadrada irregular y en él destaca, sobre todo, la entrada, que se realiza cruzando el foso sobre un puente levadizo y, más adelante, dos grandes torreones con almenas unidos por un arco. Sus doce torres originales reproducían las formas de las constelaciones. El castillo acoge hoy la Biblioteca Templaria y Centro de Investigación y Estudios Históricos de Ponferrada, con cerca de 1.400 libros entre los que se incluyen facsímiles de obras de Leonardo Da Vinci.
Castillo de Jerez de los Caballeros (Badajoz)
La suya es una larga historia, pues estuvo habitado desde el paleolítico. Pasaron fenicios, betures célticos, romanos, visigodos, musulmanes y por la orden del Temple. De carácter defensivo, sus orígenes se remontan al siglo XIII. Se alza sobre la parte occidental de un cerro, a cuyo alrededor se extiende Jerez de los Caballeros. Desde esa altura se domina la vega que forma el río Ardilla, en la zona occidental de Sierra Morena.
La fortaleza es de forma pentagonal irregular y está replegado en uno de los extremos del recinto amurallado, en la zona donde el terreno es más escarpado y difícil de atacar. En algunas de sus esquinas dispone de torres defensivas entre las que destaca la Torre del homenaje. El interior de la fortaleza lo ocupa en su mayor parte un bello jardín pero han desaparecido la mayoría de las dependencias. Solo se conserva una pequeña capilla del siglo XV y un aljibe. El castillo se ha mantenido en bastante buen estado a pesar de los asedios que ha sufrido.