Слава Україні! Героям слава! ¡Slava Ucraini! ¡Geroyam slava! ¡Gloria a Ucrania, gloria a los héroes! Esto es un saludo patriótico de los Ucranianos. Lo inventaron, durante la II guerra mundial, los nacionalistas hostiles a los Polacos. Ahora los mismos Polacos saludan con estas palabras a los Ucranianos. No es sólo un gesto de compasión. Realmente, miramos a Ucrania con gran respeto por su lucha heroica contra la agresión rusa. La gente está consciente que la ayuda humanitaria es un acto de caridad pero también de justicia básica pues los Ucranianos en cierta manera defienden también a Polonia. 

Estos son los primeros sentimientos que en estos días se nota entre los Polacos hacia nuestros vecinos: compasión y respeto. Entre las mujeres domina la compasión. Mayoría de los refugiados son las mujeres con niños y los ancianos. Su sufrimiento es patente. Además saben agradecer la ayuda que reciben. Las mujeres polacas les comprenden y se lanzan ayudar con mucha generosidad pero también con un sentido común, sabiendo que realmente necesitan las Ucranianas. Lo puedo ver en el colegio femenino donde trabajo. Madres y profesoras regalan los productos que realmente sirven a las familias de los refugiados. En el edificio del colegio organizamos un centro para las madres con niños donde podrán pasar el tiempo juntas, con tranquilidad, en un espacio apropiado a los niños.

Los varones obviamente compadecen pero también sienten un profundo respeto hacia el valor de los Ucranianos. Siguen las noticias del frente y aplauden a los éxitos de las fuerzas ucranianas. Algunos compran y envían al Este el equipo como mochilas, uniformes de camuflaje o incluso camisas antibalas. De todas formas, la gente se da cuenta que lo más importante es ayudar a los refugiados.

Lo que ayuda a ayudar es el hecho que en Polonia ya viven más que un millón de los emigrantes de Ucrania. Generalmente están muy bien integrados pues mayoría son cristianos, tienen una lengua parecida, aprenden fácilmente polaco y son laboriosos. Muchos refugiados se alojan con otros que ya viven aquí. Así los Polacos muchas veces ayudan a las familias de sus conocidos. Es frecuente que una empresa que emplea a los Ucranianos organiza alojamiento para sus familias que huyen de las zonas de guerra. 

Otros sentimientos que se notan en Polonia es el miedo y la ira. Ya vive muy poca gente que sobrevivieron conscientemente la secunda guerra mundial. Sin embargo, este desastre está presente en la memoria común. En la reja de ventana de la casa donde vivo hay todavía una barra rota por un proyectil de 1944. Para nosotros los Rusos eran invasores igual como los Alemanes y igualmente o más crueles. Muchas familias tiene recuerdos traumáticos. Por ejemplo, dos primos de mi abuelo fueron asesinados por NKVD en Katyn. Para un Polaco medio el imperialismo de Moscú era siempre un peligro a pesar de la simpatía hacia los Rusos ordinarios. 

La gente teme la guerra y, sobre todo, el uso de las armas nucleares. De todas formas, no se nota un pánico. Además, el miedo unió a la nación muy dividida por las razones de la política. Por ejemplo, en el parlamento unánimemente pasan las leyes sobre el aumento de las fuerzas armadas y otras medidas defensivas. Todos aceptan que el gobierno está enviando grandes cantidades de las armas y munición a los defensores de Ucrania. Se dobló el numero de los que se quieren alistar al ejército. 

La Iglesia participa activamente en la ayuda a los refugiados. Las parroquias, la Caritas y otras organizaciones católicas regacen y disponen grandes cantidades de comida, medicinas y otro material.  En Ucrania hay muchos sacerdotes de Polonia que, conociendo bien la situación, pueden dirigir la ayuda a los necesidades en el sitio. De todas formas, lo más importante es la oración por la paz y la libertad de Ucrania. En esta intención rezan millones de Polacos, sobre todo en la Misa y el Rosario.