En el mundo conviven diferentes religiones expandidas por todos los continentes. El budismo no se encuentra clasificada entre ellas según sus jerarquías de poder, ya que su cúspide está situada en la figura de un individuo que alberga la sabiduría de textos sagrados. Aún así, se pueden hallar diferentes tipos, ramas y escuelas del budismo.
Pese a que no encaje exactamente con su definición, el budismo es considerado tanto como una religión como una doctrina filosófica. Sus creencias, tradiciones y prácticas vertebran el comportamiento de unas 365 millones de personas en el mundo que se denominan budistas. Tal y como sucede con otras prácticas orientales, se ha popularizado por Occidente.
El budismo es una religión, pero también una doctrina espiritual y filosófica no teísta, es decir, no plantea la existencia de un creador específico o Dios. Pertenece a la familia dhármica con creencias procedente de la India. Como filosofía, señala la contemplación y el ascetismo basándose en sistemas antiguos de creencias relacionadas con religiones védicas.
En el budismo se dan una serie de tradiciones, ritos, creencias y prácticas espirituales distintas según la rama budista a la que se refiera. Todas comparten las enseñanzas de Siddharta Gautama, un maestro y asceta espiritual conocido popularmente como Buda.
El budismo no se centra en la devoción o reverencia a un dios, sino en el desarrollo individual y espiritual. Este crecimiento se consigue mediante la contemplación en profundidad de la vida, de la meditación, la práctica del desapego y la trascendencia de los deseos y placeres mundanos.
Origen del budismo
Esta doctrina filosófica surgió entre los siglos VI y IV a.C en el noreste de la India, época en la que se produjeron cambios sociales sustanciales y actividades religiosas intensas. La religión brahmánica, la más imperante y perteneciente a castas superiores, se encontraba en un contexto de crisis.
En una situación propicia para que se dieran transformaciones culturales, algunos estudiosos reinterpretaron los textos védicos y otros optaron por experimentar con formas nuevas de misticismo.
Las enseñanzas de Buda se expandieron rápidamente hacia el siglo III a.C., convirtiéndose de esta forma en una religión mayoritaria. De hecho, el emperador indio Asoka terminó proclamando el budismo como religión oficial de su gobierno.
Características del budismo
El budismo varía como doctrina según el tipo que se practique, pero todas sus ramas contemplan los mismos principios filosóficos. Son los siguientes:
- Tres realidades o marcas: la naturaleza se define por tres características. Impermanencia (Anitya), insustancialidad (Anatman) y sufrimiento, descontento (Duhkha).
- Karma: las acciones intencionales crean uno o varios efectos percibos a posteriori, cuando se dan las circunstancias correctas. El karma puede ser malo o bueno según la naturaleza de cada acción.
- Nirvana: es el estado de iluminación espiritual al que aspira toda persona budista . Se entiende en términos místicos como una elevación de la rueda eterna del nacimiento, el sufrimiento, la muerte y la reencarnación.
- Samsara: se contempla un tiempo circular, es decir, que se repite eternamente con un ciclo de nacimiento, sufrimiento y reencarnación. Este ciclo se conoce como Samsara.
- Creencias: considera que la vida incluye el duhkha (es imperfecta); existe el cese del propio duhkha; el origen del sufrimiento es el trsna (deseo, anhelo, el ansia causado por los sentidos o el placer sensual) y el Noble camino óctuple es el método para lograr la extinción del sufrimiento (basado en evitar satisfacciones excesivas y mortificaciones excesivas).
Tipos de budismo
Existen diferentes tipos o ramas del budismo. Son los siguientes:
- Mahayana: las enseñanzas forman parte de una guía más que de una doctrina. El objetivo principal es desentrañar la verdad mediante el razonamiento y la crítica, cuestionando las teorías del pasado. En este sentido, se asemeja al método científico.
- Therevada: la introspección adquiere todo el protagonismo. El razonamiento crítico y la experiencia individual se oponen a una introspección a la fe ciega, con la finalidad de liberarse y conseguir el nirvana.
- Vajrayana: también es conocido como budismo tibetano y es una rama en la que se hallan 4 escuelas budistas: Kagyu, la promoción de la trascendencia de la elaboración conceptual; Nyingma, vinculada con la purificación del cuerpo, mente y palabra; Gelug, una de las escuelas fundamentales del budismo en el Tibet y de la cual pertenece el Dalái Lama y Sakya, basada en la enseñanza Lamdré o el camino del fruto.
Símbolos del budismo
Para enseñar o practicar el budismo, es común el uso de determinados símbolos como los siguientes:
- El nudo sin fin: conocido como srivatsa en sánscrito y usado en el budismo tibetano, simboliza la sabiduría eterna de Buda porque no tiene principio ni fin.
- La rueda de Dharma: se conoce como dharma chakra y representa el Noble camino óctuple con el que Buda dio enseñanzas a sus discípulos.
- La flor de loto: simboliza la pureza mental que flota sobre el lodo de lo cotidiano.
- El árbol de Bodhi: es el árbol en el que Buda se sentó y meditó en Bodh Gaya hasta lograr la iluminación.
La reencarnación en el budismo
El primer concepto que surgió acerca de la reencarnación fue en el budismo. Generalmente, es el que más confusión genera en las personas porque es tan complicado de entender como de explicar.
La reencarnación budista se refiere a que hay algo de ti que, de alguna manera, se mantiene en lo que te rodea. Plantea una existencia diferente a la muerte, con un ciclo que abarca hasta seis estados de la propia existencia atravesados por los seres dotados de una sensibilidad con la que cumplen la ley del karma, es decir, por los errores cometidos en el pasado.
Los seis estados son los dioses, humanos, asuras (seres elementales), fantasmas, animales y habitantes del infierno. Únicamente en el estado humano, un individuo puede despertar y liberarse de la rueda de la reencarnación. La teoría de la reencarnación budista afirma que una persona tiene la capacidad de decidir si quiere volver a nacer después de su muerte.