jueves, noviembre 21, 2024
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La desgracia de ser católico

La persecución a la Iglesia en ciertos lugares del mundo

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En mi inocencia, todavía infantil, al escuchar las noticias de estos días, olvidé por un momento las guerras del mundo, las payasadas de los partidos políticos, las trampas de los bancos, la inflación galopante, la desinformación de los medios, incluso a esos influencers que van de conciencia social, y esperaba de los políticos, los medios, de las redes, de la sociedad en general, que alguno, dejando de lado sus mezquindades antieclesiales, arrancara una campaña en defensa de los cristianos asesinados, secuestrados y perseguidos en Nicaragua, en Nigeria, y en tantos otros lugares, algunos no tan lejanos.

Pero la realidad siempre supera a la ficción, parece ser que los más de 50 católicos vilmente acribillados en Nigeria o la persecución a la Iglesia de Nicaragua no importan a nadie, no merecen ni una línea, ni una pocas manchas de tinta. Quizás porque no cumplen con los estándares del establishment y el marketing posmoderno. ¡Son otros, son pobres, nos quedan muy lejos,… y encima son creyentes! Otro gallo cantaría si esa persecución ignominiosa e insultante a la racionalidad la hubiese padecido algún grupete afín al sistema de la demagogia estatalista de muchas ongs, o a cualquiera de las nuevas religiones de Estado, entonces sí que viviríamos una tormenta de manifas, griteríos, titulares, histéricos pelanas blandiendo pancartas contra todo y contra todos. Pero no, la realidad, como siempre, ni te sorprende ni te responde.

Pero me resisto a tanta hipocresía, por no hablar de la tontería y maledicencia de muchos politiquillos de tres al cuarto (como leía en el Facebook de algunos carguillos sociatas soflamando contra la ignorancia de los católicos por creer en algo que no tiene base científica, por ser una lacra esclavizadora del pasado; o como me recriminaban unos “somistas” ovetenses, porque somos una pandilla de perversos abusadores, omito sus verdaderas palabras insultantes), por no hablar de su falaz postureo que enarbola pancartas de posmodernas campañas (que no menciono porque todos conocemos), pero que ignoran lo que no les interesa: a una Iglesia acosada y perseguida, a cristianos de cualquier ideología que se silencia y aniquila; Universidades cerradas, emisoras y periódicos clausurados; templos y cultos prohibidos, obispos, sacerdotes y laicos secuestrados…

Como decía al principio, en mi inocencia infantil, cómo me gustaría que estas noticias abrieran los discursitos de artistas y famosos, que se reivindicara en sus saraos y festivales de culto, que los progres y burócratas colorearan las fuentes, los logos de Facebook, Google e Instagram adoptaran la forma de una cruz, los grandes capitales y sus intereses se declararan libres de cristianofobia, y que desde la alfombra roja de Moncloa hasta las páginas de la prensa rosa corriera una campaña que se desplegara a escala global en favor de esos pobres cristianos que perdieron su vida o son perseguidos de manera absurda por el simple pecado de ser eso, creyentes. Pero nada de eso va a suceder, solo silencio, un silencio ensordecedor.

⠀No hay «hashtags» ni fotos de postureo como denuncia. Un par de gestitos de fingida indignación y de vuelta al barrizal de la actualidad y la tontería diaria. Nuestra vida burguesita sigue a lo suyo, a sus postureos.