Mateo 24:40-42 “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”.

El arrebatamiento de creyentes, es un evento que se ha profetizado en repetidas ocasiones en la Biblia.

Los que creemos ciertamente anhelamos reunirnos con nuestro Señor y Padre, especialmente cuando hemos dejado de amar el mundo y su vanagloria.

A medida que vamos descubriendo que la situación mundial empeora cada día, con gobiernos fallidos, la recesión económica mundial, las enfermedades que nos azotan, la desvalorización en la sociedad actual, las guerras implacables, el calentamiento global, la discriminación racial, etcétera, etcétera; indudablemente el deseo de nuestro corazón será ser raptados o arrebatados para disfrutar de la era venidera, el milenio, el gobierno justo del Rey de reyes y Señor de señores Jesucristo.

Aun los que no creen anhelan este rapto y buscan de manera consciente o inconsciente la posibilidad de encontrar un mundo mejor.

Los que quieren escapar de su dolor propio, o del sufrimiento buscan evadirse o escaparse por medio del abuso de alcohol y las drogas.

Los que migran a otros países van huyendo de la miseria o de la tiranía y otros más sofisticados buscan vida en otros planetas, previendo un lugar mejor donde vivir en caso de que estalle una guerra nuclear o de que sigamos destruyendo el planeta.

El rapto de los creyentes y que es mencionado en las escrituras es un evento para el futuro, sin embargo, me gustaría mencionar que cada vez que somos libertados de una atadura en nuestra vida es un tipo de rapto.

Alabo al Señor porque cada día de una manera progresiva y misteriosa nos esta liberando del yo, de nuestro ego, del orgullo, del egoísmo, de la soberbia, de la envidia, del odio, de la ambición; del apego y del afecto natural.

Cada día nos libera del miedo y sus tormentos, algunos sentimos miedo a perder un trabajo, una casa, una posición, estabilidad económica, salud, un amor, el aprecio y el reconocimiento de los demás, otros tienen miedo a envejecer y luchan por mantener la eterna juventud pagando un precio muy alto se han convertido en esclavos, de dietas, gimnasios, cirugías y procedimientos estéticos.

Él también nos liberta cada día de la inquietud que se infiltra sutilmente en nuestra vida, sin darnos cuenta nos hemos convertido en victimas “del tengo que” ir de vacaciones dos tres veces al año, acudir a restaurantes, fiestas, eventos sociales, todos los fines de semana, estrenar ropa cada cierta temporada, disponer de los dispositivos más modernos, buscar la aceptación y el reconocimiento en redes sociales.

En fin, todos estamos inmersos en una serie de cosas que nos han esclavizado,  por lo tanto es importante, primeramente ver nuestra condición, reconocer que existe un padecimiento en nosotros, tal como una enfermedad debe ser diagnosticada para poder recibir el tratamiento adecuado, enseguida debemos volver nuestro corazón a Dios, para que él, como médico de médicos sane nuestro ser, orando, para que de una manera gradual y paulatina, El Señor por medio de su espíritu nos libere de la esclavitud.

OREMOS “Señor, gracias que tú eres la verdad, la palabra nos ha enseñado que conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres, por tanto, induce nuestro corazón a conocerte de una manera más profunda cada día, porque en la medida que avancemos en el conocimiento de tu persona seremos libertados. Muéstranos antes de que cosas somos esclavos porque ciertamente no hemos visto aun con claridad cuáles son las cosas que nos han atado. En tu luz, veremos la luz.” AMEN

 

 

 

1 COMENTARIO

  1. Muy hermosa reflexión.
    Por hoy la humanidad ha creado sus dioses . El poder , la soberbia lasiva.
    Q hacen tanto daño, el desamor a Dios ya su prójimo y con ello tantas consecuencias q hoy vivimos.
    La humanidad se ha esclavizado con falsas quimeras q lo han alejado de Dios.
    Son tiempos de reflexión de amar a Dios con intensidad.
    Son tiempos de ver al hijo de Dios y ver q murió por nosotros para darnos vida eterna.
    Son tiempos de orar , orar y hacer ayuno en familia.
    Orar a Dios por los q no lo aman, por los q no creen.

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Nació en Parral, Chihuahua, México. Casada con Luis Ortega Madrid, es madre de tres hijas, Mirka, Aimee y Paola. Administra su propio negocio en la ciudad de San Diego Ca., ciudad donde radica. “Empecé esta maravillosa carrera de amar y servir al señor Jesucristo hace 38 años y ha sido durante este periodo de tiempo que Él ha enriquecido mi vida espiritual, la de mi familia y la de mis amigos, he recibido diversas capacitaciones y entrenamientos en denominaciones pentecostales, asambleas De Dios y en la iglesia local en Anaheim, Ca.”