Arqueólogos israelíes descubrieron vestigios de un inusual taller de fabricación de recipientes de piedra, material utilizado por los judíos como lo refiere el relato de la Biblia que atribuye a Jesús el milagro de convertir agua en vino.
El sitio fue hallado de manera fortuita hace dos meses durante obras de excavación a unos pocos kilómetros del lugar que se supone corresponde a la población bíblica de Caná, en Reineh, pueblo árabe al norte de Nazareth, en el norte de Israel, indicó este jueves el arqueólogo Yonatan Adler.
Las palas mecánicas que trabajaban en la construcción de una ruta perforaron la pared exterior de una cavidad. La misma resultó ser a la vez una cantera y un taller en el que se fabricaban especialmente tazas y vasijas de piedra.
Al explorar el sitio, los arqueólogos hallaron los restos de algunas tazas. Pero también hallaron miles de cilindros de creta, la piedra caliza utilizada para producir los recipientes.
Los artesanos extraían de la cantera bloques de piedra a los que daban la forma general de los recipientes. Disponían los bloques sobre un torno y con ayuda de un objeto punzante hundido verticalmente en la creta, extraían la parte interior, obteniendo cilindros como los hallados en el sitio, antes de pulir la superficie externa.
Ese tipo de recipiente de piedra es característico del período que se extiende de la segunda mitad del 1er siglo antes de Cristo hasta mediados del 2º siglo después de Cristo.
– Garantía de pureza –
Los judíos usaban la piedra para su vajilla porque “según la antigua ley judía, y contrariamente a la alfarería, la piedra era considerada como un material que nunca podía volverse impuro”, explicó Adler, que dirige la investigación arqueológica.
El sitio resulta de suma importancia para el estudio de los judíos en una región de significativa importancia, dijo.
Hasta entonces, se habían hallado dos sitios similares, pero cerca de Jerusalén, en la antigua Judea. “Lo que resulta entusiasmante aquí es que por primera vez disponemos de la prueba física de la producción de recipientes de piedra en Galilea”, agregó.
“Los estudiosos siempre se interrogaron acerca del judaísmo en Galilea. Es particularmente importante, cuando se sabe que el movimiento atribuido a Jesús apareció en esta región”, señala Adler, al recordar las interrogantes que se plantean los arqueólogos ante los relatos sobre la gente que según la Biblia comenzó a seguir a Jesús.
Según el Evangelio de Juan, Jesús convirtió agua en vino en las Bodas de Caná. El agua estaba presuntamente contenida en seis jarras de piedra “destinadas a la purificación de los judíos”, dice el texto del Nuevo Testamento. Los cristianos hoy identifican a Caná con la localidad de Kafr Kanna, vecina a Reineh.
“De momento no hemos hallado rastros de producción de aquellas grandes jarras” en el sitio de Reineh, dijo Adler, “pero puede presumirse que las jarras que habrían sido utilizadas en Caná hubiesen sido fabricadas en un lugar como éste, probablemente en las inmediaciones”.