La Navidad (en latín: nativitas, “nacimiento”) es una de las festividades más importantes para los cristianos. Es la celebración del nacimiento -por lo tanto, el cumpleaños- de Jesús. Esta solemnidad se celebra el 25 de diciembre en las Iglesias católica, anglicana y protestantes, y en la mayoría de las Iglesias ortodoxas. Tiene diferentes nombres, pero todos alusivos al nacimiento de Jesucristo. Por ejemplo, en inglés se le llama Christmas, cuyo significado es “misa (mass) de Cristo”; en alemán se llama Weihnachten, que significa “noche de bendición”; en portugués, Natal (natalicio).
En la Biblia no se menciona la fecha del nacimiento de Jesús. A pesar de que algunos han tratado de establecerlo por el contexto bíblico e histórico, no ha sido posible precisarlo. Pero, lo importante es que desde los primeros cristianos hasta los actuales -más de dos mil años después- siempre hemos deseado fervientemente celebrar el cumpleaños de Jesús. Como no se sabe la fecha exacta del nacimiento del Niño Dios, se buscó una fecha propicia para hacerlo. En la antigua Roma, los paganos hacían una gran fiesta el 25 de diciembre para conmemorar el “Natalis Solis Invicti” (Nacimiento del Sol Invicto, o sea, Apolo). Para los cristianos el único “sol invicto” no era Apolo ni ningún otro más que aquel que creó al sol y todas las cosas, quien dijo: “Yo soy la luz del mundo”. Jesucristo, vencedor del pecado y de la muerte. Por eso, mientras los paganos celebraban el nacimiento de Apolo, los cristianos decidieron celebrar el Nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre. Y hoy, ese día, Navidad, Christmas, Weihnachten o Natal, los cristianos de todo el mundo seguimos celebrando con amor, devoción y alegría, el cumpleaños de Nuestro Señor Jesucristo, que siendo Dios se hizo hombre por amor a nosotros, naciendo del seno de la Virgen María en un pesebre de Belén.
La Navidad modernamente se va convirtiendo en una festividad comercial, pagana, y hay intentos serios de eliminar a Jesucristo de la Navidad. En Estados Unidos un influyente grupo judío ha propuesto cambiarle el nombre de Christmas a Holydays (días festivos) y es común encontrar tarjetas de felicitación que en vez de decir Merry Christmas (Gozosa Navidad) ahora dicen Happy Holidays (Felices Fiestas). Actualmente se destaca más a Santa Claus que al Niño Dios. Además, muchos “que se dicen cristianos” celebran la Navidad como una fiesta pagana, y -peor aún- les enseñan a sus hijos a celebrar un día santo para los cristianos como una festividad pagana. Si usted es cristiano y quiere seguir siendo “verdaderamente cristiano” ponga en el centro de la Navidad al Niño Dios y celebre el cumpleaños de Jesucristo “con Jesucristo presente”. Santa Claus es un personaje agradable, folklórico, y no lo vamos a eliminar de la tradición, pero no lo convirtamos en el centro de la Navidad; no es su fiesta, es la fiesta de Jesús.
No le robemos su fiesta al cumpleañero. Navidad no es solo para que los niños sueñen con Santa Claus y los regalos que les traerá, y se olviden de la importancia del nacimiento de Jesús.
Usted puede llevar a sus niños a tomarse una foto con Santa Claus, poner su arbolito, adornar con luces su casa, preparar una cena navideña con la familia o con invitados, intercambiar regalos, etc. Pero debe hacer tres cosas muy importantes: 1) Explicar a los niños que “todo eso” es para celebrar el cumpleaños de Jesús, su nacimiento. 2) Poner un “nacimiento” o “pesebre”, aunque sea pequeño y sencillo, en un lugar destacado de su casa. 3) No ausentarse de la propia fiesta de cumpleaños a la que Jesús lo invita: su Misa de Navidad; ya sea el 24 en la tarde o en la noche, o bien el 25. No desprecie ni margine a Jesús. No celebre la Navidad sin él. No lo aparte ni lo ignore en su gran festividad. Si usted es cristiano, actúe como cristiano y dé ejemplo a sus hijos. La Navidad es una fiesta de cumpleaños: no se puede celebrar un cumpleaños sin el cumpleañero.
Abogado, periodista y escritor
www.adolfomirandasaenz.blogspot.com